No more illusions.

Fisico

- Primero probaremos con una pelea cuerpo a cuerpo, sin magia y sin armas. – Anuncio Coulson ya en el gimnasio de entrenamiento.

Habían pedido vaciar el lugar y suspender el entrenamiento de los agentes por ese día. Era una enorme sala con máquinas de entrenamiento, colchonetas y un cuadrilátero justo en medio de todo.

Loki creyó ser capaz de soportar esto y pensó que uno de los agentes de menor rango seria llamado para enfrentarlo, sin embargo...

- Natasha, ¿Estas lista? – Interrogo Fury.

Ambos subieron al cuadrilátero, y no tuvieron tiempo de llegar al centro que Natasha ya había golpeado a Loki haciéndolo caer de rodillas.

- ¿Qué paso, cerebrito? ¿Demasiado rápido para procesarlo? – Bromeo desde su lugar.

Loki se levantó y sacudió sus rodillas sintiendo la tela del traje de entrenamiento que se pegaba más a su piel con cada movimiento, apretando su herida dolorosamente. La pelea se mantuvo pareja por un rato, pero todo termino con un golpe de dos dedos en la pierna de la Viuda que la dejo fuera de combate.

- Bien hecho. – Se dieron un apretón de manos y Natasha bajo.

El siguiente era con armas, más precisamente, una especie de lanzas. Y el contrincante seria Thor. El Dios rubio sonrió y subió rápidamente con su hermano.

- Como en los viejos tiempos, hermanito.-

- Pensé que esto no volvería a pasar. – pronuncio cansado el menor de los hermanos.

Thor golpeaba con cuidado recordando la debilidad de su hermano. La finalidad de Loki no era ganar, sino evitar ser golpeado por el bruto de su hermano. Esquivo y detuvo todos los ataques que podía. Hasta que su hermano convirtió la pelea en una lucha de fuerzas. Sus lanzas perfectamente perpendiculares temblaban ante el poderío del mayor y la resistencia del malvado. Loki encontró la forma de escabullirse a costa de quedar desarmado. Thor voltio ante el escape del otro.

- ¿Gane? – Su cara de cachorro confundido era para fotografiar.

No hubo respuesta. El malvado seguía de rodillas dándole la espalda a su hermano y a los presentes. Loki observaba la sangre gotear de su abdomen y sus manos manchadas de carmesí. Comenzó a respirar agitado y Thor se asustó. Se arrodillo junto a él y noto lo que pasaba. Apretó su mano contra el abdomen del menor y lo ayudo a bajar con dificultad.

- ¿Qué pasa? – Interrogaron.

- Necesito un sanador. – Paso la mano de su hermano por encima de sus hombros y camino a la salida.

La mañana siguiente todo estaba muy tranquilo. Steve y Bruce preparaban el desayuno. Tony tecleaba en su computadora, Clint limpiaba su arco y, Natasha y Thor veían televisión. Loki entro, y las miradas cayeron sobre él. No dijo nada.

- Loki, deberías estar descansando. – recordó Thor con preocupación.

- Estoy bien. – Aun sostenía su estómago buscando deshacerse del dolor. – No quiero estar todo el día en la cama.

- Al menos no hagas ninguna fuerza o movimiento brusco. – sugirió Bruce con su característica amabilidad.

Desplomo su débil cuerpo sobre el sofá, y cerró los ojos un segundo hasta que la puntada de dolor desapareciera. Los médicos no habían podido suturar la herida por mucho que lo intentase, y la naturaleza de Loki solo lograba cerrar la herida en parte. Los sanadores de Asgard ya le habían dicho que esa lesión particularmente tardaría mucho más tiempo en curarse debido al arma utilizada, y el ungüento solo mantenía lejos cualquier tipo de infección.

Un aroma desconocido lo impulso a abrir sus ojos. Steve sostenía una taza de té frente a él.

- Toma. –Sonrio. - Calmara el dolor un poco.

Tomo la taza con desconfianza pero quedo encantado en cuanto pudo apreciar con mayor claridad el aroma. Soplo un poco y sorbió aquella infusión por primera vez. Exquisito.

Los demás intentaron ignorar la situación, pero estaban atentos a todo. La amabilidad de Steve podría parecer típica de él, pero no era usual que se comportara de ese modo con gente como Loki. Desde el momento en que el villano llego, el trato condescendiente fue obvio, pero cada día era aún peor.