Príncipe de Jotunheim.

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El tiempo se acababa y los Vengadores buscaban soluciones de todo tipo, incluso Thor había viajado a Asgard  rogando por una mínima ayuda. El rubio había vuelto más estresado que antes y huyendo de un enfrentamiento con su padre del que no deseaba ir a mayores. Steve le consolaba en los pocos minutos que tenían libres, el resto del tiempo intentaba organizar al grupo. Entonces ellos llegaron...

Loki traía su mejor cara de mal humor, con los brazos cruzados sobre su pecho y mascullando cosas por lo bajo. A su lado, ojos rojos les miraban sin temor. Los héroes sabían quién era, por más que su cabello no ardiera y no midiese más de tres metros. Ahora sus cabellos ondulados caían en suaves tiras y su estatura se equiparaba a la del villano.

- ¿Qué hace uno de esos tipos aquí? – Inquirió inmediatamente Clint.

Ya con las cosas explicadas a grandes rasgos, el ambiente se relajó un poco. Era momento de especificar detalles. Sentados allí, demasiado cerca para dejar espacio a los demás, las pieles del Muspel y el Jotun se rechazaban. Nunca lo habían notado antes, pues ambos creían que era normal por la naturaleza del más joven. Sin embargo, todo tenía más sentido ahora, a sabiendas del hielo que recorría las venas del maestro.

Gisli se ofreció para servir de intermediario entre ambas razas, teniendo en cuenta que era el hijo menor del Rey de Muspelheim. Le había costado demasiado convencer a Loki de que podía ser de utilidad, y le fue imposible sacarle más información sobre la espada al hechicero, lo mismo que a lo Avengers.

- Ok, si ya no hay espada... - Pensó Bruce. - ¿Podemos hacer otra?

- Imposible. – Sentencio el aprendiz.

- No estamos hablando de hacer galletas, es una espada que lleva existiendo más tiempo que su propio planeta. – Hablo Loki.

- ¿Entonces que sugieren Llamita y Cubito? – Dijo Tony.

Se ganó dos miradas de odio absoluto por los apodos, pero la pregunta pudo más.

- Enfrentarlos.

- ¿Enfrentarlos? Loki, es un ejército entero. – Intervino Steve.

- Tampoco me parece a mí, son mi gente. – Se opuso Gisli.

- Solo será una amenaza. – Sonrió de aquella forma macabra Loki. – Ellos sabrán cuando es el momento de retirarse.



Pero mientras ellos hablaban, el centro comercial no muy lejos de la torre comenzaba a arder. La alarma sonó mientras policías y guardias intentaban evacuar el lugar. En medio del caos, muchos habían quedado atrapados, y salvarlos quedo a cargo de los Avengers recién llegados. Cada uno se dirigió a un sitio distinto, intentado encontrar victimas que salvar. Pero cuando seis héroes, un villano y un muspel intentaron bajar desde el segundo piso, el fuego ardió con una intensidad poco común, acorralándolos en una de las tiendas.

Thor cerró la puerta que retrasaría muy poco al fuego que comenzaba a acercarse más y más. Los humanos presentes intentaban no aspirar humo y buscar su lugar detrás de sus compañeros.

- Oye, no me gusta esta forma de morir heroicamente. – Se quejó Tony.

- ¿Dónde está la antorcha humana? – Busco Clint.

Loki no se sorprendía de que no estuviese allí, Gisli acostumbraba dejarlo solo en los peores momentos. En frente del grupo, sentía su piel azulado buscando protegerlo en su frío, pero él se negaba. Sin embargo, su equipo caería sino hacia algo pronto.

Probablemente nunca podría volver a verlos a la cara, y cargaría con la vergüenza entera de que vieran su verdadera forma. Pero tendría el consuelo de que estaban a salvo, como tuvo el consuelo algún día de que cada sufrimiento en su vida mantendría a salvo a su familia.

Dio riendas sueltas a su naturaleza, y el azul resurgió tan intensamente como si pudiese tornarse celeste en cualquier segundo. Los héroes le miraban estupefactos, no por el nuevo color o las líneas que adornaban su rostro, sino por la valentía repentina de afrontar su naturaleza.

Loki camino unos pasos al frente, y congelo la tienda en su totalidad, creando una capsula de hielo que no permitía al fuego trascender, y purificaba el aire. Pero eso no sería suficiente. Tarde o temprano el edificio se derrumbaría y no podría salvarlos a todos.

- Síganme. – Ordeno.

- ¿Quién se murió y te nombro rey? – Se quejó en broma Anthony.

Abriendo la puerta, el fuego encaro hacia adentro, siendo frenado por una oleada fría del villano. El suelo se congelaba a cada paso que daba, y el grupo le seguía de cerca, como un grupo de niños.

De pronto, de entre las llamas,  figuras resurgieron. Muspels. No fue difícil enfrentarse a dos, cuatro requirió un poco más de esfuerzo de Loki. Pero cuando llegaron ocho de esos gigantes, y atacaron con fuego directo, el ojiverde no tuvo tiempo de pensar. Rodeo a sus amigos con una gruesa capa de hielo, quedando desprotegido. Un grito desgarrador atravesó cualquier grosor de hielo, estremeciendo el cuerpo de los Avengers. Un contraataque de magia desapareció a los gigantes, y el hielo alrededor de los héroes se resquebrajo y cayó. Loki yacía de rodillas temblando, con la piel adornada en ampollas y algunas heridas sangrando. Buck fue el primero en reaccionar e hincarse a su lado.

- ¿Estás bien? – No quería poner sus manos en un lugar equivocado y causarle más dolor al Dios, así que las mantuvo alejadas.

Vio a Loki asentir, justo antes de que girase su mirada hacia la derecha, donde más de esos tipos venían.

Con la sangre goteando y su piel borboteando como una sartén lleno de aceite, se levantó. Acomodo sus músculos y dejó libre la última puerta de su sangre, dejándola llenarlo por completo. La armadura desapareció, reemplazada por una nueva hecha de pieles y diamantes de hielo. Los cristales adornaban su cuello, mientras que las pieles sustituían la capa y cubrían solo su hombría. Pero lo ultimo fue lo más imponente, la corona que le pertenecía se irguió sobre su cabeza en brillantes cristales de hielo. 

- Yo soy Loki, Príncipe de Jotunheim. 

No more illusions.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora