No more illusions.

Sonrisas...

Esa mañana Thor despertó muy temprano, justo cuando el sol lograba apenas pintar una suave línea anaranjada en el horizonte. Se vistió y justo antes de abrir la puerta de su habitación, miro directo a su izquierda. Alli, colgado en la pared desde hace bastante tiempo, se encontraba una pintura hermosa. El bello rostro de Frigga mostraba la suave y dulce sonrisa que la caracterizaba, mientras sus ojos miraban hacia abajo. Rodeados por los brazos de su madre, dos príncipes sonrían. Uno de ellos, posaba tímidamente abrazado a su libro favorito de magia y el mayor achinaba los ojos por su gran sonrisa mientras mostraba su nueva espada de madera que su padre le había confeccionado personalmente. Pero Thor obvio todo eso, ya que conocía de memoria aquel cuadro; solo se concentró en las manos entrelazadas de los hermanos. Sonrió, sin percatarse la similitud de aquel gesto con el de su madre, abrió la puerta y se encamino a un desayuno difícil.

El desayuno fue servido por los criados. Padre de todo llego justo a tiempo para empezar a comer.

- Disculpa la demora, hijo. – palmeo la espalda de su primogénito al pasar como muestra de cariño.

- Está bien, padre, apenas terminan de servir. –

El silencio solo era roto por el masticar y, el choque de los cubiertos y platos. Thor se debatía si era el momento correcto para hablar con su padre. Miro al mayor por enésima vez, y fue descubierto.

- Tienes algo para decirme, Thor. – Fue una afirmación más que segura. - ¿No es asi?

- Quería... discutir un tema. – Dudo.

- Loki.

- Si. – Tomo algo de aire, y comenzó. – Creo que en mi última travesía me ayudó mucho, y su comportamiento mejoro. Pienso que al menos deberíamos considerar...

- ¿No crees que fue la sed de venganza la que impulso a Loki a comportarse de esa forma? – La mirada fría causo escalofríos en el menor.

- Quizá, pero... me salvo la vida, padre. Y quiero creer que Loki... que nuestro Loki aún está ahí. Madre dijo...

- Tu madre estaba cegada por el amor hacia un hijo y no supo poner los límites necesarios. – Su tono se elevó apenas, pero lo hizo.

- No solo amaba a Loki, lo comprendía. Tal vez debemos intentar...

- No seas débil de corazón.

Se levantó de su asiento. Era suficiente, no lo soportaría más. Thor explotó.

- ¡ES TU HIJO! ¡¿NO SIENTES NADA POR ÉL?! – las lágrimas invadieron sus ojos mientras sus puños se apretaba más y más.

- Desearía no sentir ni compasión por él para que no doliera tanto hacerle esto. – Thor pudo ver en sus ojos la desesperanza que se había apropiado de su padre. – ¿Qué se supone que haga? Dime si sabes que es lo que salvara a tu hermano de la oscuridad, y juro que daré mi vida por lograrlo. Pero yo ya no tengo ideas.

- Se me ocurre algo, me hare cargo si falla.

- Ojala este sea el fin del dolor.

- Al menos lo intentaremos, Padre.