CAP 3

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Previamente...

- ¡Ya cállense!...

Advertí con fuerza, observando como todos paraban en seco el ruido y el desorden, en definitiva, podría asegurar que ninguno de nosotros sirve para estar cuerdo durante una emergencia. Me levante con cuidado llevándome a Felix en brazos hasta la enfermería de manera rápida y cuidadosa, y como era de esperarse, mientras los demás entraban al salón a esperar que pasaba, Chan y Changbin decidieron seguirme; uno completamente angustiado, a punto de un colapso y el otro siendo realmente tóxico y posesivo. Respiré profundo y me adentré en la enfermería dejando a Felix sobre una camilla mientras buscaba algo de algodón y alcohol dentro de uno de los botiquines.

Una vez tuve el algodón impregnado en alcohol, lo comencé a desplazar cerca de la nariz del pecoso hasta que este comenzó a despertar, abriendo sus ojos con pesadez mientras intentaba sentarse; y, de no haber sido por Changbin el cual me movió de un empujón, le habría ayudado a sentarse; y como era de costumbre en mí no tan emocionante vida, las escenas Changlix aparecían sin siquiera estarlas buscando. Cada que veía esas escenitas me daban unas excesivas ganas de agarrar a ese enano, amarrarlo a un cohete y enviarlo directo al sol, pero, eso no era posible por varias razones: primero, porque no tenía manera de conseguir un cohete tan potente como para poderlo enviar al sol con un peso extra y segundo, porque si enviaba al enano al sol afectaría al equipo y realmente eso era lo último que necesitaba en este momento. Así que por consiguiente lo único que me quedaba era llenarme de resignación y aguantar lo más que pudiera, manteniendo siempre un temple tranquilo con una sonrisa en el rostro.

Salí de la enfermería acompañado por Chan, quién una vez se aseguró de que la puerta estuviera bien cerrada se dispuso a mirarme interrogante con cierto matiz de preocupación. Quería que le contará que era lo que verdaderamente estaba pasando, mientras que yo prefería omitirlo a toda costa, aunque al final estuve lo suficientemente acorralado y obligado a contarle todo.

- No es nada Chan-hyung -dije cabizbajo-

- ¿Cómo no va a ser nada, viendo la cara que pones cada vez que ves esos dos juntos?

- Estoy perfectamente bien, no sé a lo que te refieres -dije seco y apresurado, tratando de evadirlo-

- Puedes querer ocultarlo bajo capas y capas de mentiras, pero en el fondo sabes que es verdad que te pasa algo -dijo con una sonrisa simple-

- Realmente no se a lo que te refieres, yo estoy bien, no me pasa nada ni me va a pasar nada ¡Perfectamente bien ¡-dije más para tratar de convencerme a mí que para responderle a Chan-

- Primero, cálmate -dijo poniendo su mano en mi hombro haciendo que lo mirara- Y segundo, no creas que no me di cuenta de cómo mirabas a Felix cuando se desmayó y cayó en tus brazos, o cuando Changbin lo atrapó en las escaleras esta mañana, y créeme cuando te digo que tu reacción de hace un momento tampoco pasó de largo -sonrío nuevamente- Puedes intentar ocultárselo a los demás, pero conmigo ya quedaste en evidencia Seungminnie

- ¡Agh! ¿Y que si es cierto? De todas formas, ambos sabemos que Felix jamás de fijará en mi teniendo a ese enano al lado -reproche resignado-

- Nunca digas nunca, quizás debas compartir más tiempo con él, tal vez llegué a funcionar -aseguró guiñándome un ojo-

Y Chan se fue sin decirme nada más, dejándome parado frente a la puerta de aquella enfermería, preguntándome si realmente sería una posible solución a mi constante problema, ¿Cómo sabría si realmente estaba en lo correcto y yo no estaba entrando a fuerzas dentro de la vida de alguien más? Tantas preguntas y a ninguna de ellas le tenía una respuesta concreta, es si, lo único que me quedaba era entrar a continuar fingiendo que soy de piedra y que no siento nada al respecto para no levantar sospechas y tratar de hacerle frente a lo que se me pusiera por delante.

Seunglix: Nuestra HistoriaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora