CAP 10

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Después de terminar el exhaustivo ensayo, todos se tendieron en el suelo para tratar de reponer fuerzas, el cansancio reinaba dentro de la sala; así que salí con Hyunjin a buscar unas cuantas botellas de agua para los demás.

- ¿Puedo preguntarte algo? -soltó Hyunjin una vez estuvimos afuera de la sala-

- Claro -dije con simpleza-

- ¿Qué te ha dicho Jeongin? Es decir, sé que ha ido a hablar contigo un par de veces y me preguntaba sobre ello -dijo bastante nervioso-

- Pues nada que no sepas ¿Acaso te preocupa que me diga algo? -inquirí notando como el contrario se tensaba ante la pregunta-

- Pa-para nada, es solo que me pareció extraño que Jeongin no me hable después de hablar contigo -se apresuró a aclarar-.

- Pues, como te digo él no me ha dicho nada que no sepamos ninguno de los dos, solo me ha estado ayudando con un asunto -dije restándole importancia-

- ¿Se puede saber qué asunto requiere de la colaboración de Jeongin? -Ahora su tono sonaba notablemente molesto-

- No es nada malo si eso es lo que te preocupa, solo necesito devolverle el favor a alguien -aclaré-

- Claro -respondió cortante-

- Por cierto, ¿Qué hay exactamente entre Jeongin y tú? Los he visto muy juntos últimamente -pregunté fingiendo no saber nada al respecto-

- Na- nada, no hay absolutamente nada -soltó nervioso. Con que negándolo ¡ah! -

- Ah, ya veo -dije sin mucha convicción-

¿Por qué siempre que ocultaban algo tartamudean? Que malos mentirosos.

[...]

Al llegar a casa tomé una ducha, y luego decidí tomarme el tiempo de dormir un poco para reponer las horas de sueño que Chan se había negado a darme en la mañana, pero, justo cuando iba a cerrar los ojos y descansar algo rondó en mi cabeza; el baúl. ¡Rayos!, sabía que tarde o temprano eso me iba a atormentar. Por un lado, quería abrirlo, quitarme la curiosidad y ser feliz de alguna manera después de descubrir lo que sea que hubiera ahí; pero, por otro no podía irrumpir en la privacidad de un amigo, ¡Eso nunca!, pues sabía que me iba a sentir demasiado culpable después de ello, ¿Y si era algo muy personal o vergonzoso?, quiero decir, sabía que según Chan dentro de la caja estaba dinero que el parecer era mío pero, no me atrevía sinceramente a irrumpir en su privacidad para descubrirlo, ya que probablemente esa culpabilidad no me permitiría dormir en tres décadas. En vista de que necesitaba con urgencia calmar esa curiosidad, y no tenía ni la más mínima idea de cómo hacerlo, tuve que acudir a mi salvador de siempre.

- ¿Chan podrías ayudarme? -pregunté mientras me sentaba en uno de los sofás de la sala de estar-

- ¿Qué sucede ahora? -preguntó con la mirada fija en su celular-

- Necesito que me distraigas con algo -solté haciendo ojitos de perro-

- Eso es muy sencillo -Una sonrisa se instauro en su rostro- Espérame aquí -dijo levantándose y saliendo de la sala de estar-

- ¿A dónde vas? -pregunté sin obtener respuesta-

Podría asegurar que Chan siempre tenía una solución para casi todo, además de ser una de las personas más confiables que tenía cerca; un buen amigo que se había convertido en mi casi hermano, razón por la cual acudía a él con frecuencia; claro está, Woojin también era de ayuda para estos temas, pero él no estaba enterado de nada y la verdad tampoco es que tuviera muchas ganas de ponerlo al tanto de la situación.

- Ten -dijo regresando a la sala de estar con una escoba, cubeta y guantes- Seguro podrás distraerte haciendo algo de oficio, que bien sí que le hace falta a esta casa

- No me refería a esto Chan -solté molesto apartando la escoba y la cubeta-

- ¿Entonces a qué? -inquirió curioso y algo desconcertado-

- Vamos, no te hagas el que no sabes -dije con una mueca de molestia-

- Pues, si te estoy preguntando es porque no sé; me dijiste que te ayudara a distraerte así que te digo que limpies y ordenes un poco la casa y te enojas, si no es eso lo que quieres hacer para distraerte entonces ¿Cómo quieres que te ayude o qué es lo que quieres hacer exactamente? -soltó con una mirada interrogante fija en mi-

- ¡Agh! ¿Por qué siempre termino diciéndote todo lo que no quiero decirte? -dije resignado-

- Tal vez es porque simplemente no me puedes ocultar nada -dijo Chan encogiéndose de hombros- Mejor resume si no quieres que te ponga a limpiar -sentenció a lo que solté un suspiro-

- Esta mañana vi a Felix revisando la caja de la cual alguna vez me hablaste, pero, cuando me vio ocultó la caja rápidamente, o al menos eso intentó hacer -expliqué sin mucha seguridad recibiendo un gesto de parte de Chan para que continuara- Y, Bueno, pues cuando al fin me la dejo ver y le pregunté por lo que contenía se puso nervioso y metió la caja dentro de un baúl con llave

- Si, ¿Y qué con eso? -inquirió en busca de más información para entender mi punto-

- Pues que ahora tengo impulsos por ir a ver qué es lo que oculta en ese baúl, pero mi consciencia me dice que si abro ese baúl voy a terminar arrepintiéndome de mi decisión -solté con rapidez-

- Ya veo -dijo pensativo- Tienes ganas de ver lo que hay adentro pero tu parte ética te dice que si lo haces estarás irrumpiendo en la confianza que se tienen ¿No?

- Exacto -solté clavando mi vista en las uniones de las baldosas del suelo-

- Te ayudare -dijo llamando mi atención- pero a cambio lavaras los baños este fin de semana ¿De acuerdo? -soltó sonriente-

- Tampoco es que tenga muchas más opciones -Acepté sin mucho entusiasmo-

- Entonces, tratare de averiguar qué es lo que hay dentro de ese baúl, si te conviene te lo diré y si no es el caso entonces seré lo más sincero posible para decirte el por qué no puedo decírtelo -explicó- Por el momento, para que te distraigas podrías preparar un poco de té, probablemente nos venga bien con algunas galletas -dijo Chan empujándome a la cocina-

- Pero... -Traté de hablar peo me interrumpió-

- Pero nada, te vendrá bien pensar en otra cosa; tú mismo lo dijiste, te quieres distraer, así que ahora distráete con el té y las galletas -sentenció colocándome el mandil-

- Esta bien -Me rendí comenzando a buscar los ingredientes para las galletas-

En ese momento me di cuenta de que las galletas eran una excelente terapia para un gato curioso, y de que también era muy relajante hacerlo; había pasado mucho tiempo desde que preparaba algo de ese estilo y se sentía bien tener esa sensación de calma en el cuerpo mientras amasaba con una amplia sonrisa en mi rostro. Tal vez la sonrisa se debía a que preparar postres me recordaba mucho a Felix, aunque no fueran brownies lo que estuviera preparando.

Seunglix: Nuestra HistoriaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora