Distancia

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Su cuerpo era rodeado por los enormes brazos trabajados de un sujeto más alto que ella, de piel sumamente blanca, cabello castaño y ojos del mismo tono, con aspecto asiático, pero a pesar de contar con éste mismo estereotipo, el otro contaba con rasgos distintos a los de su país, no era coreano o por lo menos, debía tener descendencia fuera de allí. No contaba con el tiempo para detallar bien ese rostro de niño que tenía, porque era así, tenía un cuerpo bien esculpido, que sólo significaba que levantaba pesas, el peso para él era algo común, así que con sólo apretar una persona podría partirla en dos. Sin embargo, poseía un rostro totalmente, demostraba dulzura e inocencia, más en el momento que le dedicó esa tierna sonrisa cuando la castaña lo miraba con el semblante bañado en pánico. Pero aún y con ese dulce aspecto, la duda de confiar o no, se inclinaba más a la negativa.

— Tranquila, ¿Estás bien? —"Si me soltaras, seguro lo estaría" pensó.

— Sí, es... estoy bien.

Su corazón palpitaba a mil por horas y aprovechó la oportunidad para tratar de soltarse con delicadeza, lo que para su sorpresa fue concebido. El mayor le soltó poco a poco, pero mantuvo sus manos aferrada a sus brazos, no con fuerza, si no, esperando a verla calmada.

— ¿Qué hace sola por acá? Éste lugar es peligroso—____ (Tn) le miró directamente a los ojos.

Con todo el pánico que envolvía su cuerpo, la respuesta que estaba en su cabeza no quería ser conectada con su boca, por ello tuvo que bajar su mirada unos segundos para respirar profundo y tras soltar todo el aire decir cualquier estupidez que sus nervios le permitían.

— Me perdí.

Él la miró con curiosidad, esa curiosidad que decía no le creía del todo.

— No es el mejor lugar para perderse.

Levantó su mirada para encontrarse con los ojos del más alto y soltar una ligera risa, aún llena de nervios y desesperación, pero tratando todo lo posible de sonar calmada.

— A veces mi torpeza puede más conmigo, lo siento.

— No tienes que disculparte. Sólo estaba haciendo una ronda, es mejor te lleve a casa.

Una ronda. Tal vez estaba hablando con uno de esos sujetos, pero no la detectaba como alguien sospechoso, seguro tenía que salir de allí corriendo o por lo menos, irse como si nada hubiese pasado, pero la palidez de su piel y el temblar de su cuerpo significaba que no andaba allí sólo por andar perdida.

— Es mejor te lleve a casa antes de que te metas en problemas.

Esa frase le hizo abrir sus ojos un poco más de lo normal, pero volverlos a su tamaño original al instante. No dejaría que la acompañara, y más, que sabría no era de allí, sólo había visitado un par de veces a Incheon para tomar un avión y viajar a Busan, de resto, esa ciudad era un desconocimiento total para ella.

— No, digo... estaré bien.

— ¿Segura?

— Sí, sí... Tengo que irme a casa. Gracias por... todo. —Le dedicó una sonrisa algo forzada para después de una venia rápida alejarse de él, pero antes de que pudiera hacerlo, su brazo fue tomado para hacerla girar sobre sus pies y encontrarse una vez más con los ojos ajenos.

— ¿Vas a dejar tus zapatos?

Miró las cosas en el suelo y una risa, que ni ella esperaba, salió de su boca. En verdad se estaba volviendo loca.

— ¿Ves? Torpeza.

Comentó, haciendo que el otro sujeto riera, pero antes de que ella se agachara a tomar las cosas, él lo hizo por ella, teniendo ese tonto y cliché momento cuando sus frentes chocaron por doblarse al tiempo. Ambos soltaron una tonta risa por lo sucedido, a la vez que se llevaban sus manos a acariciar la zona herida, mientras el otro tomaba todo para entregárselo.

Rescue Squad [JaeBum y Tu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora