- Y... ¿qué sabes del chico nuevo?
- Dile Aristóteles, ya tiene una semana aquí ya ni siquiera es "el nuevo"
Diego y Temo estaban a medio patio de la escuela platicando en lo que quedaba de recreo sobre el chico que había causado un revuelo con su llegada.
- Pues en todos lados lo conocen como "el nuevo".
- ¿Todos lados? - Temo miraba a su amigo como si algo no encajara.
- No me digas qué no sabes.
- ¿Qué? - sus enormes ojos le hacían parecer un pequeño cachorro.
- Es ya una celebridad, hizo pruebas para el equipo de fútbol, básquetbol y voleibol - no creía lo que Diego recitaba con gran admiración - y pues obviamente quedó en todos.
- ¿En serio?
A Temo nunca le han gustado los deportes así que toda esa información le parecía irrelevante, lo único que si le molestó de ese comentario era saber por qué Aristóteles no le dijo nada en estas dos veces que se habían visto para la tarea; y más molestia todavía darse cuenta que no sabía por qué le molestaba.
- Si, ¿pues de qué hablan cuando se ven?
- Aun no termino del todo su entrevista, se que es de Oaxaca, está aquí por qué su mamá consiguió trabajo en una empresa, tiene un hermano, una novia - miró de reojo la reacción de enojo de Diego - recuerda que él mismo lo dijo.
- Pensé que era broma - refunfuñó.
- Pero no hablamos de nada más.
Los dos presenciaron como el destino les jugaba una broma al ver cómo Aristóteles se les acercaba bañado en sudor, Diego se había perdido en cómo ese rocío de su piel brillaba con la luz del sol, mientras Temo se preguntaba qué tan bueno sería preguntar algo más personal a Ari.
- ¿Por qué siempre están ustedes dos solos?
Sentándose en medio estaba ganándose la confianza de los amigos, era imposible no querer a ese rizado aunque oliera a sudor.
- Digamos que mucha gente me tiene miedo o asco - aceptó Diego - y lamentablemente arrastro a Cuauhtémoc conmigo.
- ¿Y eso por qué?
- Porque soy gay Aristóteles.
Lo dijo con aquella seguridad idéntica a la de hace dos años, nadie se atrevería a contradecirlo justo como ahora que Aristóteles lo miraba curioso y Cuauhtémoc estudiaba la reacción que tendría, de ella dependería que iba a creer de Ari.
- ¿En serio siguen juzgándote por eso? - le dio un golpe leve a Diego mientras le sonreía pues al parecer todo se podía arreglar con una sonrisa del chico - me parece una idiotez que todavía se juzgue a las personas por lo que prefieren.
- ¿No estás enojado?
- Si Temo, pero no con Diego - siempre que hablaba lo hacía con una seguridad única que cautivaba - sino con la gente que sigue discriminando a los demás, yo te apoyo Diego y me parece genial que ya sepas lo que quieres a tu edad.
- ¿Tú qué quieres Aristóteles? - Diego no perdía la oportunidad para llegar más allá.
- No lo sé, a veces solo quisiera que la felicidad me alcanzara sin buscarla y otras... - se dirigió a Temo y otra vez juraría que le guiñó un ojo - quisiera ir tras ella para nunca dejarla ir.
- Que romántico.
- Eso sería bueno para el trabajo Aris, ¿te importa si lo agrego en alguna parte?
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"¡Knock-knock!" - Fanfic ArisTemo
FanficVen, búscame a la media noche y toca la puerta de mi corazón. Te estuve esperando toda la vida tratando de escuchar si llegabas, ahora solo toca más fuerte "toc, toc" y te juro que abriré el alma con todo mi amor.