13.- Sí o sí.

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Después de aquella pequeña plática en el hospital Temo había esperado ansioso el lunes para poder hablar con Ari; no es que de un día para otro le iba a decir que le gustaba y que quería intentar algo con él, dar su primer beso por ejemplo, si no que tenía una necesidad enorme de iniciar a arreglar todo lo que habían sido y que por una serie de eventos desafortunados fue cayendo poco a poco.

La sorpresa para él vino ese mismo lunes cuando Aristóteles no se presentó a clases, ni el martes, ni el día siguiente y para hoy jueves había cumplido cuatro días inasistente; ya le había preguntado a la maestra quien solo se limitó a decir qué su madre había llevado un permiso por motivos familiares, algo de Oaxaca quizá, pero fue todo; él no quiso parecer investigador y sabía que para obtener respuestas tenía que simplemente cruzar el pasillo causante de la separación de su departamento del de los Córcega.

Efectivamente ese día jueves saliendo del colegio irrumpió a la casa de los Córcega, sin embargo nadie salió a recibirlo. La tensión en su cabeza aumentaba con cada hora que pasaba sin saber de él, y de no ser por esa sonrisa que le dio la última vez más el fugaz abrazo que se parecía tanto a los primeros, todo este tiempo hubiera sido un infierno.

Pasaba las tardes pensando en qué hacer o qué decir el día que lo viera; ofrecerle una disculpa del tamaño de su corazón, decirle que ahora todo estaba en el pasado y recuperar poco a poco su confianza con la esperanza de algún día decirle lo que significaba para él y lo que le hacía sentir. ¿En qué mundo tratas tan mal a la persona que se supone te gusta?, en el mismo donde todos se daban cuenta que se gustaban menos tú, esa fue la respuesta que se dio en una de las tardes en que esperaba a su hermano de los ya cotidianos chequeos médicos.

Ese era otro tema igual de importante, de acuerdo a los médicos los últimos exámenes habían salido mucho mejor y daban grandes esperanzas de que Julito recuperaría su salud una vez que concluyera las quimioterapias, el ánimo del infante también se vio beneficiado como por arte de magia e incluso parecía el de siempre; el pequeño en su inocencia le decía que era por la canción de Ari y a Temo le gustaba esa idea, porque la verdad era esa, la canción le había dado ánimos y a él le dio la confianza de aceptar lo que sentía; dicho sea de paso jamás hubiera imaginado lo bien que canta el oaxaqueño y ni que decir de sus habilidades de compositor.

Ese jueves había quedado con Diego porque quería platicar todo lo que acontecía en su "simple" vida de adolescente y dejar en claro la nueva postura que tenía respecto a Aristóteles; ya no le importaba lo que le pudiera decir, era solo que como su mejor y hasta ahora único amigo debía saber lo que tenía planeado. Lo citó en su casa para comer algo y aprovechar la oportunidad de platicar todo lo que había pasado.

- Entonces Cuauhtémoc, ¿de qué querías platicar? - Ortega había recogido todo y ahora estaban en la sala frente a frente - porque no creas que me creo eso de que solo me invitaste a comer.

- Nunca ofendería así tu inteligencia, - bromeó López - aunque eso no quiera decir que quizá no me entiendas.

- ¿Por?

- Es muy complicado, pero creo que mereces saber la verdad... - suspiró hondo antes de mirarlo a los ojos directamente, en ocasiones olvidaba la penetrante mirada de loco que tiene Diego aunque eso no lo atemorizó para nada - me di cuenta que..., bueno el caso es que...

- Ya dime Cuauhtémoc me tienes esperando.

- Me gusta alguien Diego, alguien que jamás pensé me gustaría.

- Te gusta Aristóteles - soltó de la nada enmudeciendo a Temo - ¿me equivoco?

- ¿Co... cómo lo supiste?

- Era imposible no saberlo - levantó todo su cuerpo para ponerse al lado de su amigo - con escucharlos, verlos o hasta solo estando entre ustedes se podía sentir algo raro, - lo miró como si le acabara de platicar del clima mientras que Temo no cabía en la ingenuidad en la que vivió - ¿nunca te diste cuenta? - una leve negación aun con la boca abierta bastó - enserio que me sorprende que te vaya tan bien en la escuela y en la vida no des una.

"¡Knock-knock!" - Fanfic ArisTemoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora