El trayecto de regreso a casa fue algo incómodo para ambos, lejos habían quedado la risa y la plática que existieron cuando iban a la fiesta. Ari seguía observando por la ventana hacia las calles esquivando las miradas frecuentes que le hacía su amigo Temo el cual moría por saber tantas cosas que sucedieron en aquel lugar pero que no se animaba a preguntar pues sentía que debía de darle tiempo y espacio a Aristóteles para que comenzara a hablar.
Se estacionaron frente al edificio donde vivían ambos y de algún modo sabían que bajar no era algo que quisieran hacer; unos golpes al volante, un leve suspiro y de pronto se vio mirando a Ari esperando por una respuesta.
- Vaya fiesta ¿eh? - quiso romper el silencio - me pareció... interesante.
- Ajá - ni siquiera se molestó en mirarlo.
- ¿Quieres bajar?
- Temo... - al fin se miraron y López notó algo raro en esos ojos - ¿por qué habías dejado de cantar?
- ¿Qué? - ¿por qué Ari sabía esa parte de su vida?, ¿por qué tenía que preguntárselo él?, ¿por qué no puede responderle?
- Diego me dijo que ya no cantabas - bajó la mirada apenado - y que él no había podido hacerte cantar de nuevo, ¿por qué cantaste en la fiesta?
El nudo en la garganta impedía que el sonido saliera de su boca, un enorme sentimiento de tristeza y nostalgia lo invadía, quería contarle todo lo que pasaba por qué hizo lo que hizo, pero no sabía cómo hacerlo sin parecer un loco irresponsable o manipulador.
- Era un regalo Ari para Fabiola y además no me podía negar en su cumpleaños.
- ¿Por qué esa canción? - sonaba entre molesto y dolido - ¿te... te gusta Fabiola?
- ¡¿Qué?! - brincó en su lugar - ¡no! ¡no,no,no! para nada - sabía qué su nerviosismo lo delataba en la mentira - no me gusta Fabiola y no le cantaría por eso.
- Pero yo te encontré en su habitación - seguía la mirada de Ari fija en el suelo - pensé que había interrumpido su...
- No Ari, no interrumpiste nada, bueno al menos no algo que no debía ser interrumpido.
- ¿Qué estaban haciendo Temo? - dijo en voz bajita.
- Aun nada, me estaba dando las gracias por la canción.
- Pero parecía que se estaban besando - continuaba sin poder sostener la mirada - y yo...
- Ari hay algo que debes saber... - lo iba a decir para que esto no se saliera de control y porque estaba afectando a su amigo a pesar de que no debería - yo... yo nunca he besado a alguien.
- ¿Es en serio? - al fin lo vio directamente a los ojos buscando la verdad a través de ellos - ¿nunca has besado a nadie?
Moría de vergüenza así que se limitó a negar dos veces con la cabeza esperando la peor de las burlas por parte del rizado o escuchar su risa por lo patético del asunto. Apretó los ojos esperando sentir como su dignidad desaparecía con una carcajada que nunca llegó, de repente sintió una mano en su hombro que le dio el masaje más tierno que recordara, lentamente abrió los parpados y Aristóteles lo miraba tiernamente con esa media sonrisa que lo calmaba y reconfortaba como nada en el mundo, igual que cuando lo acompañó en la canción sentía que una parte de él recuperaba vida y confianza así que se atrevió a hablar.
- Soy patético... ¿cierto?
- Para nada Temo - no quitaba la mano de él - me parece... responsable que guardes algo así para alguien especial, quizá un poco tierno por el hecho de que esperas por él y... bueno cuando cantabas sonabas como si de verdad estuvieras enamorado; creí que había alguien especial.
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"¡Knock-knock!" - Fanfic ArisTemo
FanfictionVen, búscame a la media noche y toca la puerta de mi corazón. Te estuve esperando toda la vida tratando de escuchar si llegabas, ahora solo toca más fuerte "toc, toc" y te juro que abriré el alma con todo mi amor.