5.- Señal.

404 38 3
                                    

Sentado frente al espejo trataba de encontrar algo que verdaderamente llamara la atención, quizá la imagen de su rostro reflejada era tan simple que ya se había acostumbrado a ella; no entendía de dónde había salido aquella chica al finalizar el último partido de básquet en el que por supuesto ganaron para regalarle una carta y unos chocolates, y aunque Diego le dijo que era por admiración no se había atrevido a leer la carta, mucho menos después de ver la cara de Aristóteles cuando vio a esa inocente niña.

- Debería apresurarme - dio los últimos toques a su cabello para salir de la habitación.

Diego lo había invitado a comer para darle una enorme noticia, al parecer no era el único invitado ya que Ari quedó de pasar por él e ir juntos, no sabían para qué los quería a ambos pero esa fue la condición.

- Ya me voy papá - anunció cuando llegó a la sala - ya hice mi tarea, le ayude a las calcomanías con la suya y recogí mi habitación.

- Gracias hijo, sabes que Julio te agradece por los días que no ayudó mientras estaba enfermo y tú hiciste sus deberes.

- Es mi responsabilidad.

- A lo que voy es que deberías ser más relajado - era raro que su papá, un ocupado hombre de negocios, le hiciera esa recomendación - eres adolescente, necesitas estar más relajado y es la primera vez que sales con amigos.

- Siempre salgo con Diego y...

- Qué sales con amigos que no son Diego, y deberías ser más sociable también, a lo mejor y pronto haces una novia - rió por lo bajo mientras lo veía desde la sala.

- Hablando de eso - parecía el momento perfecto para explicarle lo de los chocolates y pedir algún consejo - ayer al finalizar el partido una chica se acercó para darme...

- ¿Te besó? - levantó una ceja sugiriendo lo obvio.

- ¡NO!

- ¿Entonces? - escondió algo de risa por la inocencia de Temo.

- Me dio unos chocolates... y no supe qué hacer.

- Un simple gracias hubiera bastado - Pancho López invitó a su hijo para que ocupara el lugar sobrante en el sofá de la sala.

- Claro que le agradecí, es solo que... no se... - estaba apenado por cómo iba la plática - no sé cómo tratar a las niñas.

- Trátalas con respeto hijo - le dio un medio abrazo - siempre piensa en cómo te gustaría que te trataran a ti y así trátalas, si te dan algo agradece y si quieres y así lo sientes correspóndele con una atención similar.

- Es qué no sé qué sentí - miró a su padre buscando una respuesta - no supe qué hacer.

- Estás en la edad donde empezarás a buscar respuestas, me da gusto que hayas tenido la confianza de contarme y te diré lo único que me sirvió durante mi adolescencia.

- ¿Qué cosa?

- Sigue las señales de tu corazón, solo a él y nada más a él.

- Papancho eso es muy cursi y arriesgado.

- Si no te gusta que te den esos regalos dilo, si te gusta que los hagan dilo, si la persona que te lo dio te gusta dilo y si no pues también dilo; no te quedes con nada por miedo ni hagas las cosas por compromiso, solo busca las señales.

- ¿Entonces? - miró el reloj esperando que no se le hiciera tarde.

- Haz las cosas como las sientas, obviamente con toda la educación del mundo pero no hagas nada por compromiso.

"¡Knock-knock!" - Fanfic ArisTemoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora