Definitivamente son los mejores spaghetti con crema que había probado en mi vida. No podía parar de comer. Bueno está bien que en mi casa no como comida muy elaborada. Creo que nunca hubiese imaginado que a la crema le podías agregar champiñones y queso azul y quedar tal maravilla. Tampoco que Fran fuera buen cocinero.
- No sabía que sabía cocinar tan bien-. Hasta hable con la boca llena, pero no quería parar ni para hablar.
- Bueno, uno se cansa de comprar comida envasada o comprada afuera. Era eso o aprender a cocinar.
- Tienes mis diez.
- Lo quiero en mi boletín a fin de año- bromeó y casi largo spaghetti por la nariz.
- Bueno, se lo entregaré en persona y en privado-. Le guiñe un ojo y está vez el que se ahogó es el.
- Por Dios, todavía me cuesta creer que una jovencita de tu edad hable de esa manera.
- Oh y Prepárate porque después de lo de anoche, seré peor.
Terminé de cenar bajo la mirada de Fran, no sé por qué no apartaba la vista. Digamos que no me siento cómoda si me mira así mientras yo me este atragantado con comida. Había dejado el plato a la mitad.
- Se le va a enfriar— murmure.
- No tengo mucha hambre-. Pero si hace un momento me dijo que no aguantaba más.
- ¿Qué le sucede?
- Nada...
- No me haga sacárselo a la fuerza.
- Mila...
- Si no me dice pensaré que usted piensa que como tanta comida como para invernar tres veces seguidas-. De sólo pensarlo me dio placer-. Oh, dormir un año y medio sin que te molesten-. Soltó una risa entre dientes.
- Podría decirse que podría invernar 4 veces.
- Sigue hablando, lo hace aún más interesante. Ahora enserio ¡Deje de llamarme gorda y dígame que le sucede!
- No la llame gorda, sólo digo que come bien. Eso me alegra mucho. Para nada esta gorda, al principio pensé que tenía problemas alimenticios, pero veo que no.
- Gracias. Ahora al punto, ¿Por qué está tan callado y pensativo?
- Lo siento. No te quería incomodar.
- ¿Pero? No me diga que ya te arrepentiste.
- Bueno, por un lado me siento un degenerado, pero no me arrepiento, fue perfecto. Sólo recordaba la conversación que tuvimos antes.
- Hablo mucho como para deducir que conversación.
- Aún no puedo creer que te hayan hecho eso. Es que te miro, tan enérgica y radiante, e imagino lo que debe haber sido y no puedo dejar de admirar lo fuerte que sos.
Apoye mi espalda en el respaldo de la silla. En cualquier momento voy a explotar ¿Por qué como tanto? Suspire intentando llenar mis pulmones, pero parecían estar achicharrados por culpa de mi estómago.
- No tanto, aún no soy capaz de olvidarme de eso. Ya lo debe haber notado anoche.
- Fue un momento difícil para usted, es algo que necesita tiempo. Demonios, no sé ni como hablarte sin usar palabras que te puedan herir.
