21 Feliz cumpleaños Herman

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Hago que Luisa venga para hacer mi pelo y maquillaje y me ayude a apretar el corsé. Ha sido mi estilista desde hace un tiempo, y se está convirtiendo en una amiga, y de todos modos es la única persona con la que me sentiría cómoda haciendo que apretara un corsé para mí. Ella ata el nudo y, a continuación, se mueve por delante de mí y me da una mirada de evaluación.

—Maldita sea, ____. Esto es... te ves muy bien, niña.— Me sonríe —Eso debe ser una sorpresa de cumpleaños para Herman, ¿eh?— Asiento con la cabeza, sonriendo nerviosamente.

—Sí. No estaba segura de qué regalarle, ya que, ya sabes, tiene todo lo que puedas imaginar. ¿Te parece bien? Nunca he usado algo como esto antes.

—No creo que “bien” es la palabra correcta, cariño.— Levanta las cejas sugestivamente —Creo que tu hombre va a tener un tiempo difícil decidiendo si te quiere en ese traje o fuera de él. Va a ser un lío, ¿me entiendes?— Me río con ella, tranquila, pero aun un poco nerviosa. Me puse una bata que compré para esta ocasión, una cosa ligera, sedosa que apenas cubre mis muslos. La ato sueltamente alrededor de mí así él será capaz de conseguir una mirada buena a mi escote sin revelar lo que llevo puesto debajo. Luisa se va después de abrazarme, cuidando de no despeinar mi cabello. Ella lo fijó cuidadosamente encima de mi cuello, pero puso los pasadores para que Herman sea capaz de sacarlos fácilmente. A él le gusta mi cabello suelto. Un hombre mayor que vagamente se parece a Michael
Caine, me encuentra en la parte superior de las escaleras.

—Todo está listo abajo.— Le doy las gracias, y las hojas de la empresa de catering. Había pensado en tratar de hacer la cosa de la cena entera yo misma, pero no he tenido exactamente mucha experiencia en organizar cenas de lujo. Entro al comedor y me sorprendo. No sólo trajeron comida, transformaron el comedor en una cena romántica para dos, con velas y ramos de rosas. El efecto es elegante pero no demasiado femenino.
Es su cumpleaños, después de todo.
Está jugando golf con Thomas y
algunos otros de sus amigos, que fue mi sugerencia. Lo necesitaba fuera de la casa para poder conseguirlo todo y yo misma prepararme.
Justo a tiempo, lo oigo venir desde el garaje. Me dispongo en la silla al lado de la mesa, dejando el lugar de la cabecera de la mesa para él. Estoy esperando, mi corazón en mi manga. Nunca he hecho algo como esto, y estoy esperando desesperadamente que lo haga feliz.

—¿____?— Lo oigo dejando sus llaves y el pitido cuando conecta su teléfono.

—En el comedor— lo llamo.
Se detiene en la puerta, y sus ojos se abren por las flores y las velas, la lámpara con luz tenue, la difusión de todos sus platos favoritos, y yo. Sobre todo, me mira.

—Jodida mierda, nena. ¿Qué es todo esto?— Me levanto y camino hacia él, siendo sensual.

—Feliz cumpleaños, amor mío.— No uso muchas palabras cariñosas, no como él lo hace, así que cuando uso una, toma nota.

—¿Qué hay debajo de la bata?— pregunta con una sonrisa, tratando de alcanzar el lazo. Detengo sus manos.

—Tu regalo. Pero no lo puedes ver hasta después de comer.— Sus
ojos se oscurecen con lujuria.

—Dios, nena. Me estás matando. ... Te ves tan bien que antes te comería a ti.

—Muy pronto— prometo —Pero primero, siéntate.— Él empuja la
silla y se sienta. Abro una costosa botella de su vino blanco favorito y la pongo a respirar en un cubo de hielo. Le sirvo una copa, situada en frente de él.
Me mira con curiosidad. Usualmente, él hace todas estas cosas. Para mi cumpleaños hace unos meses, alquiló un restaurante completo, tenía la comida hecha, pero aun así me sirvió. Incluso en la vida diaria, hace cosas por mí. Me hace bocadillos, vierte el vino, cuida de mí. Así que ahora es mi turno de cuidar de él.
Sorbe un poco de vino, y deslizo mi cuerpo entre sus rodillas y la mesa. Sostiene la copa de vino en la mano y mira hacia mí.

The Stripper - Herman Tømmeraas Y Tu.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora