-Mi hija nunca intentará tener cualquier comportamiento lascivo y pecaminoso como lo es el baile- mi padre Antonio me dice, con sus ojos cafés ardiendo -Es asqueroso e impúdico y enteramente sexual... He visto la clase de baile de esas... esas hijas de la calle que entablan en esa supuesta Academia. No vas a ir.- Mantengo los ojos cerrados y freno las ganas de gritar y salir corriendo. Tengo dieciséis años y soy una Dama. Salir corriendo no me convertirá en una dama. Al menos, eso es lo que mi madre Elly me dice.
-Papá, por favor. Por favor. No voy a hacer nada de eso. Voy a ser muy modesta y conservadora, lo prometo. Estarás bien con cada baile, cada atuendo, tú darás la opinión siempre en ello. Sólo... por favor. Por favor, por favor, déjame bailar.- apreté las manos delante de mí y me sumergí en mis rodillas, dándole mis mejores ojos de cachorrito. Él está vacilando. Puedo sentirlo.
-____, no apruebo el baile. Dios no aprueba la danza.- mi madre dale a mi rescate
-Antonio, sabes que eso no es lo que dicen las Escrituras. Estás siendo un dinosaurio viejo y cascarrabias. David bailó ante el Señor. Los Salmos lo mencionan bailando en honor al Señor en muchos pasajes- Ella se desliza a su lado y presiona a papá contra su brazo y apoya la mano en el hombro -Nuestra hija sabe separar el bien del mal, y tú lo sabes. Ella sólo quiere dar gloria a Dios usando los talentos que Él le ha dado.
-Por favor, papá. No voy a permitir que cualquier coreografía sea obscena o sexual.- Apenas puedo respirar por el caliente peso de esperanza en mi pecho.- Él nos mira a mí y a madre y se vuelve. Puedo verlo reflexionar en su cabeza, al final suspira y dice:
-Lo permitiré, solo por ahora. Pero a la primera señal de algo sexual, pecaminoso o malo, voy a sacarte de allí tan rápido que ni siquiera tendrás tiempo para abrir la boca y protestar. ¿Me oyes, ____?- Lo abrazo, chillando de alegría.
-¡Gracias, gracias, gracias!
-No me decepciones, ____. Eres la hija de un pastor italiano. Tienes que dar el ejemplo apropiado para toda la comunidad y tú familia.
-Lo haré, papá. Voy a ser el mejor ejemplo. Lo prometo, lo juro.- Me giro lejos de él y bailo unos pasos sueltos a la distancia, entonces tomo un adorno, que sostengo por un momento. Me vuelvo hacia él. -¿Ves papá? No hay nada malo con eso, ¿verdad?- Él entrecierra los ojos hacia mí.
-Tengo que terminar de preparar el sermón del domingo.
Papá es el fundador y pastor ejecutivo de una de las iglesias más grandes de todo Oslo. Mi abuelito Alessandro, fuego del infierno y azufre, pastor de una pequeña iglesia reformada en los bosques de San Gimignano, Italia, por lo que papá creció siendo el hijo de un pastor. Fue preparado para el púlpito durante toda su vida. El abuelo era aún más estricto que mi padre aunque parezca imposible. Ni siquiera me aprobaba con pantalones o shorts, cuando era una niña pequeña, pero papá me dejó salirme con la mía, siempre y cuando los pantalones cortos no fueran demasiado cortos o los pantalones muy apretados. Para el abuelo, las mujeres se quedaban en la cocina, llevaban vestidos, y eran vistas pero no oídas. Era un poco anticuado, que digo un poco, era un dinosaurio mi abuelito. Él nunca aprobó el hecho de que papá enseñó la teología Bautista más moderna y contemporánea.
He estado bailando en secreto desde que tenía quince años, viendo videos de Internet, enseñándome a mí misma, viendo "So You Think You Can Dance" en mi laptop y tratando de imitar las coreografías. Mi madre me ayudó un poco el año pasado, llevándome a clases de baile los sábados por la mañana, diciendo a papá que eran citas de manicura y pedicura.
Él aprobaba muy poco la manicura y pedicura como lo hacía con todo lo demás, pero tendría un momento difícil diciéndonos que no a mi madre y a mí, así que nos dejó ir. No necesitaba saber acerca de las clases de baile secretas, siempre y cuando mi madre me acompañara. Por supuesto, mi mamá y yo realmente conseguíamos la manicura y pedicura después de la danza, pero eso no viene al caso.
