Capítulo 10.

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Hace varias semanas David dejó de estar en su antiguo grupo de amigos, todo porque Job creyó que David gustaba de él.

No es homofóbico, ni nada por el estilo, pero pensar que sus sentimientos hacia David eran correspondidos lo aterraba, ¿qué seguiría después? Si ambos hubieran sido novios los padres de Job seguramente lo echarían de la casa y la gente de Tláloc los hubiese visto raro. Al final se enteró que David no sentía nada por él, pero su orgullo no lo dejaba hablarle.

-Job, ¿sigues conciente? -escuchó que le decía alguien.

-Este... Claro, ¿me hablabas? -preguntó Job saliendo de sus pensamientos.

-Tú madre dice que hay alguien buscandote -contestó Raimundo.

-¿Quién rayos es? -dijo el pelinegro mientras se paraba de su asiento para dirigirse a la entrada.

Abrió la puerta y ahí estaba el chico al que había evitado todos estos días.

-¿Quién es? -preguntó Raimundo yendo hacia la entrada -oh, hola David.

-¿Qué haces aquí? -preguntó Job.

-Bueno, quiero arreglar el malentendido...

-Ya sé que no te gusto -interrumpió -, Raimundo me lo dijo hace unos días.

-¿Entonces podemos...?

-¿Ser amigos de nuevo? -completó -no, eso ya no es posible, ¿sigues siendo gay no? En cualquier momento te puede gustar uno de nosotros.

-Pero...

El moreno cerró la puerta antes de que David pudiera terminar su frase, le dolía, pero era lo mejor, tal vez no para David, pero si para él y sus amigos, o eso creía Job. Después de lo sucedido, Raimundo se le quedó viendo a la puerta con un rostro algo triste, lo había olvidado, David era con quien mejor se llevaba.

-Perdón, pero es mejor para nosotros.

-Tú... ¿eres homofóbico? -insinuó el menor.

-¿Quién es homofóbico? -preguntó la madre de Job apareciendo detrás de ambos.

-Mamá, no te había visto, es solo que... nos enteramos que un amigo nuestro es homosexual.

-Oh, ya veo, ¿le sigues hablando?

-No...

-Me alegra, esa gente es mala influencia.

-Eso justo le estaba diciendo a Ray, ¿cierto?

-Si... -contestó el menor sin ánimos.

-Bien, voy a recostarme, ¿tu amigo se quedará a dormir?

-De hecho ya me iba, buenas noches -dijo Raimundo saliendo de la casa.

-Espera Ray -intervino Job -Yo creí que te ibas a quedar.

-Como dices, iba, pero debo irme.

-¿Sucede algo?

-No, es solo que... Olvidé hacer algo en mi casa, adiós -dijo para luego irse, sin esperar la respuesta de Job.

El castaño se fue a paso apresurado, como si Job lo estubiera siguiendo, pero el sabía que no era así, el sabía que Job no lo quería de la misma forma.

"Debería rendirme de una vez"-se repetía en la mente.

Llegó a su destino con el aliento acelerado por correr tanto, luego tocó el timbre.

-¿Raimundo? Creí que estabas con Job -dijo David -¿Qué pasó? -preguntó cuando lo vio llorar.

-Él... Job... él es... -contestó el menor.

-¿El es qué?

-No tengo oportunidad con el David, el es... homofóbico, nunca me va a querer -dijo Raimundo entre llanto.

-Oye, tranquilo, sé que se ve mal ahora, pero luego lo superarás.

-¿Cuándo? Yo ya no quiero sentir esto por él, hasta su madre odia a los homosexuales, ¿qué hago?

-Puedes empezar con quitarte de ahí, ese perro está orinando en tu zapato.

Raimundo miró sus pies y cuando vio al perro se movió del lugar.

-Rayos... ¿No tienes unos zapatos que me puedas prestar?

-Si, entra.

David le dió un par de zapatos nuevos al menor, le quedaban grandes, pero era lo único que había.

-¿Entonces ya no le vas a contar que te gusta cierto? -preguntó David.

-No, dejaría de hablarme y no quiero eso, recuerda lo que te pasó a ti, ahora ya no hablas con los demás.

-¿Quién dice que no hablo con ellos a escondidas? Además, ahora tengo más amigos.

-Tal vez lo mejor sea distanciarme un poco yo mismo, quizá así lo olvidaría.

-O podrías conocer a alguien más.

-Ya lo intenté, no fácil ¿sabes?

-En ese caso no se que más podrías hacer.

Un silencio incómodo se generó en la habitación, pero luego Raimundo habló.

-¿Puedo quedarme a dormir aquí? -preguntó Ray -Le dije a mi madre que dormiría con un amigo, no le quiero contar lo que pasó y mucho menos inventarle una excusa.

-Claro.

¡Di que eres...!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora