Todos giraron para saber a quien le pertenecia esa voz...era de una chica, alcé la mirada para descubrir que se trataba de Lillibeth y entonces volví a mirar al suelo por sentirme tan patético.- Vaya que sorpresa! - fingió emoción - pero si eres la chica nueva, que puedo hacer por ti dulzura? -dijo en un tono coqueto
- Lo que oíste!, devuelveselas - alcé un poco la vista aunque el cabello húmedo que caía sobre mi frente debido al sudor me impedia verla bien. Pero si pude notar como apretaba sus puños para ¿contenerse?
- Tranquila se las devolveré! - se quitó mis gafas - hasta que acabe con este fenómeno - entonces se giro hacia mí.
Y ahí estaba de nuevo ese dolor el cual esta vez fue directo a mi cara y gemí de dolor sin poder evitarlo. Iba a volver hacer el mismo acto, pero una mano descidida lo tomó de la muñeca.
- Dejalo en paz! - haló bruscamente de él haciendo que quedara frente a ella.
- O sino qué? - soltó una risita malévola, pero esa no duró mucho cuando el puño de esa chica hizo impacto en su quijada provocando que se tambaleará.
- Mierda! - maldijo mientras sobaba la zona golpeada - como aprendiste a golpear así? - sus ojos demostraban curiosidad y miedo
-No querrás descubrirlo - luego de sus palabras Tayler al igual que haría un dueño con sus sahuesos con un chaquido de dedos basto para que ambos sujetos me soltaran, para luego ser empujado y caer de rodillas entre medio de ellos.
Ella se acercó a mí y tomó mi mano incitando a que me levantara acto que rápidamente correspondí y sin soltarme me ubicó detrás de ella. Me sentía igual que un niño que busca refugio en una madre cuando le teme a algo.
La miradas de ellos estaban hacia ella quien nunca se dejo intimidar por sus miradas curiosas y la tensión era evidente, pero luego de unos interminables minutos el grupo de Tayler decidieron marcharse.
Luego de que ellos se fueran sentí que soltó mi mano de forma lenta para luego salir por el pasillo de aquel lugar como si nada hubiese pasado.
- Espera! - mi voz hizo eco debido al silencio que reinaba. Ver sus intensos ojos eran igual que una caja fuerte ya que en ellos no se encontraban expresión alguna - Gracias... por todo
Dicho esto no recibí respuesta alguna ya que solo pude ver como su sombra desapareció una vez estando afuera. Suspire con pesadez por que sin duda mis días nunca serían normales.
Mi regreso a casa lo había sentido más agotador de lo común simplemente quería que mis problemas dejaran de atormentarme.
En mi familia se vivía cómodamente gracias a mi padre Eliot Cooper quien siempre se mantenía fuera de la ciudad por lo cual viviamos en una de las estancias mas respetada de la ciudad. Al entrar solo podías estar rodeado de casas gigantes y modernas y la mía no era la excepción claro.
Estando cerca de mi casa a todos lados que veía solo podía encontrar a chicas con toneladas de compras para vete tu a saber qué. La verdad es que siempre me había preguntado lo mismo.
"Porque las chicas tienen que ser tan obsesivas?
Al llegar a la puerta de mi hogar esperé paciente hasta que al tercer timbre mi "madre" Regina Cooper de tez blanca, cabello castaño con ondas naturales y unos ojos azules intensos se hace presente con sus joyas y ropa elegante lo que hace ver como la mujer poderosa que es.
Al encontrarme con su mirada noto que no demuestra preocupación alguna y pude afirmar que era todo lo contrario cuando "Clap" el sonido de su mano golpeo directo en mi mejilla derecha.
- Como te atreves a llegar a casa así! - era mas que claro el rechazo en sus palabras - das un mal nombre a esta familia!
¡Joder!
Yo era quien se encontraba lastimado y ella planeaba seguir torturándome. Y al igual que un Deja vú solo me llegó el recuerdo de mí siendo golpeado hace poco. Iba a hacerlo de nuevo, pero algo la detuvo.
- Tía Regina - mi Prima Lizzy de 8 años quien al parecer estaba de visita evitó que fuera golpeado una vez más.
- Lizzy que haces... - en ese momento se puso al lado de ella para ver de quien se trataba
- Evan!!! - su rostro no hacia mas que solo sonreír y sin pensarlo 2 veces la abracé con todas mis fuerzas y así estuvimos un buen rato, hasta que escuché como unos tacones resonaban haciendo que se desvaneciera el ruido una vez que ella no estaba cerca.
- Al parecer no llegue a tiempo - dijo triste.
-Tranquila - acaricie su mejilla - no fue culpa tuya
Lizzy sabia lo que su tía osea mi madre hacia conmigo desde que a sus pequeños 6 añitos me defendió de ella. Por eso siempre que viene no se separa de mi para protegerme y aún recuerdo sus palabras
"No te atrevas a tocarlo!!!! "
Y sin otra cosa mas que agregar ella tomó de mi mano para llevarme hacia mi habitación.
- Te encuentras bien? - preguntó después de un tiempo en el cual solo he mantenido mi mirada en algún punto muerto procesando todo lo que ha pasado, cuando ella realiza la misma pregunta yo Niego. Ya que es mas que claro que Bien! es una palabra inexistente para estas circunstancias.
- Que haces? - le pregunto una vez que ella entra al baño, minutos después trae consigo el botiquín que siempre ha estado disponible para mi.
- No es necesario que... -
- Shhh - trato de protestar, pero me doy por vencido cuando me doy cuenta que no aceptara el No como respuesta así que dejo que ella haga lo suyo.
Así que cuando ella empieza a rozar el algodón por mi labio partido de alguna manera no siento dolor sino que es reemplazado por un reconfortante sentimiento, uno que no había recibido de alguien mas a excepción de mi padre. Ese sentimiento es igual que sentir que le importas a alguien y con el mas mínimo detalle te das cuenta de lo que le importas a esa persona.
Gracias a Lizzy se que tengo una familia la cual solo la conforma Ella.
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Nerd. ©
Teen FictionSiempre fui el cero de la izquierda, el que nunca era considerado por los demás por ser el mas listo,el que mas se esforzaba y el que siempre era utilizado para las burlas también era el que siempre estaba en la mira de los brabucones y a la vez el...