Trataba de controlar mis lágrimas, pero estas salían por si solas. Sentía un mar de emociones dentro de mí, rabia, dolor, frustración, tristeza. E incluso estoy consciente de que demoré.Así que cuando ya estuve listo, salí y fui a buscarla. Era gigante así que no sabia en donde encontrarla, hasta que una luz encendida de una habitacion llamo mi atención.
Me acerque más y ya que la puerta estaba abierta me detuve en el umbral para que se diera cuenta de mi presencia. Tenia puesto un conjunto comodo para dormir y estaba sentada al estilo indio a la vez que leía un libro.
'Yo antes de ti' decía la portada.
Ella alzo la vista y me escaneó de pies a cabeza, como si quisiera encontrar algo dentro de mí. Luego nuestras miradas se conectaron y ese momento se perdió cuando ella hablo.
- Quieres cenar? - negué ante su pregunta.
- No tengo hambre, gracias - de hecho me sentía cansado, lo cual ella entendió.
- Ven, te llevaré a tu habitación - sin más se levanto y me encamino, yo la seguí.
Al abrir la puerta de mi nueva habitación, quede enmudecido al verla. Las paredes eran igual de color blanco, había un balcón que daba hacia la ventana, la cama era de gran tamaño, dos mesitas de noche a cada lado y las sábanas eran de color azul marino. Me sentía igual que un intruso, pero cuando me di la vuelta para poner objeción ella me había dejado sólo.
Con pasos pesados llegué a la cama y me tiré en ella. Pensé que el cansancio haría que me durmiera y así olvidarme de todo, pero fue todo lo contrario. No dejaba de girar sobre la cama mientras todos los últimos sucesos regresaban a mi mente, aunque lo único que no supe es como logre darme por vencido y quedarme dormido.
***
Los pequeños rayos de luz calentaban mi piel, mientras yo me negaba a despertar. Al fin y al cabo no tendría clases y mi cuerpo solo quería descansar.
Me levante dando bostezos y me metí al baño para cepillarme los dientes y mojarme la cara para desaparecer un poco el cansancio de mi rostro y sin más me encamine hacia la planta baja para buscar a Lilibeth.
Aun no podía creer que viviera en esta gran mansión. A menos que sus padres tengan una gran base económica.
- Lilibeth? - pregunté cuando llegué a la sala, nada.
Volví a repetir lo mismo cuando llegue a la cocina, pero en esta tampoco estaba y lo único que había era una nota sobre la encimera.
'Tu desayuno esta en el microondas, volveré pronto'
Hice lo que me pedía en la nota, pero lo único que reinaba aquí era el silencio. Era extraño no tener que escuchar los tacones y las quejas de Regina aunque solo se mantenia unas horas y volvia ya para el anochecer. Una vez que terminé me levante y regrese a mi nueva habitación para hacearme.
Empecé a merodear la casa sin ningún rumbo fijo. Note que la casa era lujosa en todas partes aunque también poseía unos cuantos toques rústicos, pero sin duda ella no era de las personas que disfrutarán de la comodidad y darse el lujo de lucirse en todas partes a las que fuera.
Ella era diferente y desde el primer momento lo supe y su forma de pensar y hacer las cosas la definían. Empecé a recorrer los pasillos hasta que una puerta que estaba en la ante-penúltima habitación llamo mi atención.
La puerta era de color blanca con las esquinas rosadas y una figura tallada en madera en forma de girasol que la decoraba. Al principio dude en sí debía abrirla, pero la curiosidad pudo mas conmigo y entré. La habitación estaba decorada por todas partes, el techo se encontraba lleno de estampas en forma de estrellas, las paredes pintadas de rosado pálido, en el piso un tapete en forma de mariposa y un estante lleno de peluches.
Pero toda mi atención fue centrada en la foto que estaba dentro de un marco sobre una mesa que se encontraba cerca. En ella se encontraba un hombre mayor sonriente tenia en brazos una tierna bebé junto a una mujer mas joven que él y tomaba la mano de un niño.
- Evan!!! - gritó desde la planta baja a la vez que cerro la puerta de golpe -donde estas? - rápidamente deje todo como estaba y salí de esa habitación.
Una vez estando fuera escuché que sus pasos provenian del comienzo de las escaleras, lo que significaba que estaba muy cerca.
- Oh, aquí estas - dijo una vez estando frente a mí.
- Si? - aunque no me había descubierto, estaba nervioso.
- Ven conmigo -y con toda confianza tomo mi mano.
No me di cuenta de cuanto caminamos, hasta que dimos con unas grandes puertas que no había visto antes. Y mi asombro fue mayor con todo lo que se encontraba detrás de esas puertas, el lugar me recordó a nuestro encuentro anterior.
Habían sacos de boxeo, en el centro máquinas de ejercitación solo que a excepción de la vez anterior en vez de un ring era un tapete grande que se utiliza para hacer los entrenamientos. Aun no podía creer que estuviese aceptando su propuesta.
Últimamente ya no me molestaban después de que se enteraran sobre lo que había hecho Lilibeth, pero hoy seria el día en que todo eso cambiaria y ella ya no tendría que estar en medio de mí o tener que interponerse cuando alguien intentará lastimarme.
- Mira lo que te traje - dijo a la vez que desenfundaba algo que nunca creí que llegaría a usar - son tuyos.
Y me extendió unos guantes de box de color rojo. No me consideraba alguien violento y esa fue la razón por la que no me permitía defenderme ya que estaba más que claro que si hablaba me iría igual de mal con quien fuera.
- Que...? Para que es esto? - los tome, mientras todos mis nervios eran notorios
- Que empiece el entrenamiento - contestó con una sonrisa de lado.
'Aquí vamos! '
'››Yo antes de ti' decía la portada. ‹‹
Creyeron que pondría ¿50 Sombras de Grey? 😂🙆
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Nerd. ©
Teen FictionSiempre fui el cero de la izquierda, el que nunca era considerado por los demás por ser el mas listo,el que mas se esforzaba y el que siempre era utilizado para las burlas también era el que siempre estaba en la mira de los brabucones y a la vez el...