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ELIZABETH


Recibí una llamada justo cuando pensé seriamente en hablar con mamá y decirle que iría a casa, en serio que no quería hacer esa llamada, cuando sonó mi celular.

—Liz soy yo David, no me cuelgues...algo pasó.

—¿Qué es?—dije.

—Justo hoy James iba en su auto había tenido una pelea con Monike y bueno... tuvo un accidente.

Salté del sillón.

—¿Esta bien?, ¿dónde esta ahora?

—Justo ahora estoy en la sala de espera del St Memorial lo cambiaron al V.I.P pero me dijeron que...no va a pasar la noche Liz.

—Oh mi Dios, voy para allá.

Colgué la llamada y mi mente enloqueció de repente dejé todo y salí corriendo rumbo al hospital, me temblaban las manos. 

Pasé cada segundo en el que estaba en el taxi pidiendole a Dios que me permitiera llegar.

Al llegar me detuvieron un par de camilleros y enfermeras.

—¡Señorita no puede pasar! ¡espere!—pues casi derribo una enfermera a mi paso.

—¡David! ¡David! —grite en el pasillo, que daba al VIP.

—Déjenla pasar por favor. —dijo un David despeinado y fuera de si, apareciendo por el pasillo.

—¿Como esta, que pasó? —ahí atrás vi a Steve que acababa de salir de la habitación pálido cerró la puerta y me vio como si fuera un fantasma.

David me lo dijo:

—Chocó con su Audi en un poste a 180 por hora los doctores dijeron que las bolsas de aire funcionaron y que tiene emorragia interna... está muy mal Liz; no pasara la noche.

Me agarre por apoyo, mi corazón dolía por alguna razón ahora lamentaba todo lo que le había dicho y hecho incluso lamenté gritarle a la cara el día anterior me empecé a agarrar la cara y la cabeza.

Traté de ver por la puerta, pero David me agarró del brazo y de inmediato me zafé de su agarre.

—No entres Liz, espera cálmate primero. —dijo Steve.

—No, algo se tiene que hacer, Steve, tiene que estar bien...

—Va a... morir Liz, los médicos no pueden hacer nada. —me dice un Steve muy serio, luego me abraza y yo lo dejo.

—No... yo puedo...—trate de decir, pero no se me ocurría nada.

—Pasa a despedirte al menos. —fue lo único que dijo David.

Jamás lo había visto así estaba muy serio y muy afectado, voltee a ver a Steve y no podía ni verme a los ojos.

—Quiero decir después de todo te llamé por la pelea que tuvieron pero si no quieres verlo...—dijo David.

Tardé un latido de corazón que se sintió por muchísimo y después dije:

—Lo haré.

ESE DEMONIO ES MI...JEFEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora