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ELIZABETH

Al día siguiente me presenté con ganas de escuchar una disculpa pero lo que recibí fue un zombie.

Este no era mi jefe, lo juro esto era otra persona por completo él llego a tiempo y me escuchó todo el tiempo hizo y recordó todo lo que le dije de no mencionar el número cuatro, hacer una reverencia a cada invitado, ofrecerles algo, ya que los términos del contrato beneficiarían ambas partes, era lo esencial, pero se le daba pésimo a mi jefe, así que estaba muy nerviosa.

Además de ser lo más cordial que James Hammer se pudiera permitir trate de que no se le olvidara alguna de las supersticiones japonesas, entramos a la sala de juntas y sorprendente mente para mi lo hizo todo y cerramos el trato. Le pidieron salir y beber con ellos, me dio una mirada de "debo ir" a lo que le conteste con una de "y con tu mejor cara".

Como era una cosa de "solo hombres "alisté los detalles del papeleo mientras salieron y Rose se la paso ayudándome con el envió hasta tarde, cuando vi mi celular había un mensaje del equipo Japonés, estaban satisfechos y en sus hoteles, me daban las gracias a mi por hacer posible la reunión, así que eso me sacó una sonrisa y una sorpresa esto era algo extra, este es el tipo de cosas que nadie te puede pagar, pero que se sienten genial , así que sentí alivio pues terminaron más que satisfechos. Una cosa menos que hacer.

Después del éxito convenido pensé que James Hammer se iría a casa pero para mi sorpresa salió del ascensor y me pidió estar solo en su oficina, no me llamó para nada no tenía más pendientes pero luego llegaron David y Steve no pude más que preguntarme de que hablaban, ¿encerrados? enserio esto iba muy raro.

Los días siguientes fueron iguales llegaba a tiempo aunque traía unas ojeras que eran enormes, me firmaba lo que le decía después de verificarlo, me pedía la agenda e introducía más actividades en cada día para estar más al pendiente de los asuntos que debía, me sorprendió que asistía a las juntas para cada equipo de desarrollo, escuchaba a todos y les pedía su opinión.

Yo solo podía verlo con cara de sorpresa.

Demonios tomaba café solo en su desayuno así de la nada entró al comedor y comió allí con todos como un empleado más, aquella vez sería la primera y todos se le quedaron viendo, hasta que no fue raro más a la semana de verlo allí, solo comía lo que le ofrecía el menú en mi opinión solo se comía lo que le ponían en frente.

Me estaba asustando.

De lo centrado que parecía y le quería preguntar a David que había pasado es el único que me daría respuestas, ya le había querido sacar el tema a Steve pero como de costumbre solo lo aminoró, "ya se le pasará" dijo.

Quería preguntarle a David pero al parecer James lo había mandado de viaje por alguna razón justo al día siguiente, solo le pude mandar un mensaje.

*Tu y yo tenemos una cita pendiente, no te eh perdonado.

A lo que respondió:

*Estoy en las Vegas, cuando arregle esto cenamos juntos.

Me sorprendí del cambio de James Hammer.

Parecía casi una persona distinta más dedicado a cada asunto en la oficina, de alguna manera me asustaba y me preguntaba mil veces si padecía de trastorno bipolar bueno al menos eso es lo que aparecía en Google con sus síntomas.

Pero no debería solo decirlo al azar pues no sabía si era cierto para ello necesitaría la opinión de un médico.

Pero si era algo más... además del hecho que su novia no lo había ido a visitar para nada, de hecho ya no la había visto.

Si no fuera por Steve  invitándolo a comer diario, no salía de la oficina también era Steve el que iba por él y lo llevaba a su casa. ¿Que le pasó? Porque en el hospital al dejarlo, era el mismo de siempre.


UNA SEMANA DESPUÉS


Me di cuenta que había días en los que se le olvidaba salir a comer o no había desayunado más de lo que yo le traía a su escritorio, pues Steve comía con los de Diseño por estar ocupado y David seguía de viaje.

Lo más sorprendente es que la oficina funcionaba bien ahora y así se suponía que fuera, pero por alguna razón quería que esa malvada parte suya volviera era como si le faltara ser malo para estar bien, por cierto lo sé la rara al pensar esto soy yo.

Ya no me mandaba por cosas sin sentido, ya no me mandaba mensajes a las 4 de la mañana para que le buscara la pelota autografiada por Mickey Mantle, porque "en verdad la necesitaba", como dijo aquella vez.

Ahora era yo la que de la nada se despertaba en la madrugada y revisaba el celular, ese idiota me estaba volviendo loca a mí de una manera totalmente nueva.

Bastardo idiota...

Justo repasamos la actual revisión de compra y venta de la revista cuando se hizo tarde así que le entregue su horario de la semana siguiente y al salir por la puerta de la nada dijo:

—Gracias Liz.

Me sorprendí tanto que agarre la carpeta con más fuerza, voltee a verlo y después dije:

—De nada, señor. —pero sonó más como a pregunta.

James Hammer me había dado las gracias, esto en definitiva no era normal.

Y bueno David no había regresado.

ESE DEMONIO ES MI...JEFEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora