ESE DEMONIO ES MI...JEFE

15

JAMES HAMMER

Terminado el concierto busqué a Tony hacía mucho que no lo veía, en cuanto me saludó dije:

—Estuviste bien... supongo—dije.

—Ya te extrañaba torpe.—dijo agarrándome la mano.

—Cállate idiota.—dijo sonriente.

—Vamos a un lugar menos concurrido—dijo al ver que nos observaban, nos movimos tras bambalinas.

—No me digas que vienes solo ¿Y David, donde está Steve? escuché que ahora trabajan juntos.

—Si, pues hoy vengo solo.

—Conozco esa cara. —anunció entrecerrando los ojos.

—¿Que cara?—dije sin más.

—La que siempre pones por una mujer, ¿quien es ella, es bonita? cuéntame.

—Es ahhh, no es nadie.

—Uuuu me tienes que contar todo ¿quien hace enojar a James idiota Hammer así?

—Ya dije que no es nadie y lo de idiota lo serás tú.

—Oye ni siquiera en la universidad te pusiste así por perder a Estephany Collins.

—Ya lo habia superado.—dije sin más.

—Bueno creeme que Esthephany también pero dime ¿cuanto estarás aquí?

—Mañana tengo el vuelo ¿Te esta llendo bien aquí?—pregunté al ver las más de cien personas tras bastidores.

—Mejor que a ti, si—dijo golpeando mi brazo— por cierto me voy a casar y estás invitado.

—¿Con quien?

—Ya la conoces es Jen.

—¿Jen tu representante de medios?

—Si y bueno te invitaré a la boda junto con Steve y David.

—Hermano felicidades —dije abrazandolo—ya no vas a poder salir con los chicos a buscar chicas. —me burlé.

—¿Sabes que? con Jen siento que no lo necesito, eso si hay veces que solo quiero ahorcarla, pero sabes...si puedo tenerla siempre a mi lado, vale totalmente la pena.

—Bueno ya no estoy con nadie por ahora.

—Tal vez... no has sentido esto con nadie.

Después un montón de fans pidieron tomarse fotos con él y Tony se disculpó, me abrazó de nuevo y se fué, pensé que era difícil él era una super estrella del jazz y Jen era su representante de medios ahora mismo sólo su empleada, bueno la conocí una vez y ella era amable para nada mi tipo pero ellos dos saliendo...núnca funcionaría.

Conociendo a Tony haría hasta lo imposible por la chica que quiere, me bastaba con recordar lo que habíamos vivido en la universidad.

Mentalmente les di mi bendición no había conocido a nadie que viviera felizmente casado pero si mi amigo quería intentarlo, ojalá lo lograra o se arrepintiera antes.

Hasta el Brangelina había fracasado.

Todos se merecen ser lo más felices posible especialmente mis amigos. Salí del concierto, pedí un taxy y justo en la entrada del hotel me encontré con la chica de mis pesadillas, Elizabeth Hardy.