El desenlace de esta historia es un misterio oculto, un acontecimiento que hasta el día de hoy se mantiene archivado y olvidado en la caja de alguna bodega donde este tipo de cosas permanecen, digamos, resguardadas.El protagonista era un hombre de cuarenta y cinco años que durante sus últimos veinte trabajó en el área informática de una gran empresa. Se dedicaba principalmente a la reparación y mantención de equipos computacionales. Era un tipo sencillo, sin grandes aspiraciones. Nunca había tratado de ascender en la empresa o buscar nuevas oportunidades. Tenía un sueldo que le permitió adquirir departamento y automóvil, con todas las comodidades que pudiera tener un hombre soltero de su edad; un sueldo que, por sobre todo, le permitió gozar de tranquilidad y tiempo suficiente para dedicarlo a sí mismo. Nunca había pensado ni evaluado la posibilidad de hacer familia: era demasiado independiente para compartir sus bienes, su vida y su tiempo con alguien más.
Su filosofía de vida siempre era cuestionada, no lograban comprender su soledad y con el paso de los años, la gente lo atribuiría a "traumas" con el sexo. Lo que muy pocos sabían era que mantenía una actividad sexual superior a muchos de su grupo etáreo. Gracias a una rutina de ejercicios que significaban horas en el gimnasio y otras tantas que intercalaba en la semana haciendo bicicleta o trotando por algún parque cercano, lo hicieron poseedor de un cuerpo envidiable. No presumía de él y quizás muchos pensarían que tal descripción era poco objetiva; pero en realidad, el físico de este personaje no tiene ninguna importancia, no así el sexo, ya que fue precisamente la actividad sexual la que lo hizo seguir una vida solitaria: le encantaba, disfrutaba y era virtuoso en ello. Aunque sus preferencias y gusto fueron siempre mujeres, en más de una ocasión fue seducido por algún hombre que le pareció interesante y no rehusó meterlo en su cama. De vez en cuando montarse un hombre o recibir una buena mamada es algo que muchos quieren sin importar de quién se trate. No se consideraba homosexual, tampoco bisexual o algo parecido, simplemente le gustaba disfrutar del sexo y sus diferentes maneras de experimentarlo, porque en ese ámbito, "hay que probar de todo para poder opinar", decía él. Ese estilo de vida, mucho carrete y una vida social que no afectase su independencia, le permitían cumplir cada una de sus fantasías. "Qué más puedo pedir", pensaba, sabiendo que muchos querrían esa vida y que lo poco que contaba era suficiente para envidiarlo.
Hace varios años, ¿cuántos?, no estaba seguro, comenzó su colección. ¿Cómo se le ocurrió?, no lo sabía. Llevaba bastante tiempo juntando teclas, teclas de computadores. Tratando de buscar el comienzo, sin estar cien por ciento seguro, recordó que en alguna oportunidad un par de ellas llegaron en su bolso y las dejó en la mesa de centro. Nunca las regresó a la empresa, nunca hizo nada, sabía que estaban ahí y las veía día a día. Así fue hasta que llegó a sus manos el notebook de una nueva secretaria. Dispuesto a conquistarla y a cambio de una cita, llevó el equipo a su casa y lo reparó en tiempo récord. Entre los fallos, una tecla no funcionaba y para su suerte coincidió con una de las conservadas, calzó perfecto y pudo cumplir su propósito.
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arteFUCKtos
General FictionarteFUCKtos son 14 cuentos de ficción sexual, el que retrata sin pudor ni vergüenza, las historias de particulares personajes que transitan por el devenir fantástico y descarnado de multifacéticos escenarios, mostrándolos al desnudo en un mundo sin...