Impresarias

6 1 0
                                    

Nunca había sentido tanta vergüenza en su vida

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Nunca había sentido tanta vergüenza en su vida. No pensó que en algún momento tendría que vivir tal degradación. Cada mirada fue peor que la anterior y desde que dio el primer paso fuera de su oficina sintió los ojos posarse en ella, fue una ola de miradas que aumentaron a cada paso. Estuvo segura que antes de salir del edificio, toda la empresa, todo el holding se enteraría de lo sucedido. Así fue, hasta el guardia se ruborizó al verla traspasar la mampara principal.

Si únicamente hubiese sido vista por su secretaria el problema se habría resuelto y podrían haber llegado a un acuerdo, quizás no fue su intención, tal vez no supo cómo reaccionar al verla allí, pero el punto es que no la despertó y pidió ayuda a otros empleados que impresionados la vieron tendida en el suelo. Cuando se atrevieron a despertarla, un par de Gerentes de otras áreas presenciaban la escena. De ninguna manera se hubiese salvado de un destino diferente.

Antes del medio día fue despedida, recogía sus pertenencias y salía del edificio como la peor de las delincuentes. Como si aquello no fuera suficiente, el Gerente no pudo evitar mirarla como una cualquiera. Antes de salir de la oficina, mientras el personal de servicio ordenaba, limpiaba y desinfectaba, le exigió que se llevara la impresora. El hombre no quería que nadie tocara ese equipo. A un volumen innecesario le dijo: —haz lo que quieras con ella, pero lejos de esta empresa.

El morbo de todos, ante tan escandaloso acontecimiento, debe haber provocado que guardaran las imágenes de seguridad, un video de principio a fin que la mostraba recorriendo el edificio con la impresora bajo el brazo; reproducción que llegó a sus manos un par de meses después y que agradeció no se hubiese divulgado a través de las redes sociales.

La vergüenza la mantuvo encerrada en su departamento varias semanas hasta que sus provisiones no fueron suficientes y obligadamente tuvo que salir en busca de víveres. Se sentía agobiada, angustiada y sumida en un profundo agujero del que no tenía escapatoria. ¿Cómo podría volver a retomar su vida?, ¿podría en algún momento encontrar algún trabajo?, ¿qué pasaría si le pedían referencias, recomendaciones o si peor aún, se quisieran contactar con su anterior empleador? Todas las interrogantes que surgían en su mente sin respuesta la hicieron prisionera de aquellas paredes.

Sus amigas al no recibir respuesta a tantos mensajes de voz y texto, supieron luego de comunicarse con su oficina que había sido despedida. Después de insistir una y mil veces enviando e-mails y llamando a su teléfono móvil, llegaron a su departamento. Lo único que lograron saber fue que estaba bien, que no quería hablar con nadie y que la dejaran sola.

Dos días después se contactó con una, no era justo tomar esa actitud si estaban tan preocupadas, por lo que la invitó a su hogar. La mujer le contó lo ocurrido esa noche con tanto detalle como sus recuerdos se lo permitieron.

—Me estás tomando el pelo —expuso la amiga cuando hubo concluido.

—No. Es la verdad.

—¿Cómo va a ser verdad?, ¿qué te ocurre?

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Dec 31, 2018 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

arteFUCKtosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora