—¿Te encuentras bien?
Despertándose de un sueño en la consciencia, YoonGi parpadeó varias veces y desvió la vista del manto de nubes que los rodeaban. Miró a un ángel sentado a su lado y tragó saliva, reacomodándose en el asiento del avión. La altura lo había llevado al cielo y quizá más allá, habiéndose quedado en un profundo silencio mientras pensaba quién sabía qué; sintió que la consciencia se le borroneaba mientras se dirigían a Francia, como si algo lo estuviese distrayendo constantemente.
—Estoy bien —respondió YoonGi, asintiendo despacio.
JiMin extendió una mano hacia el menor, ladeando la cabeza y dejando una dulce caricia sobre su hombro. Notó cómo las mejillas de YoonGi se coloreaban de rosado y sonrió, menos preocupado al saber que podía seguir avergonzándose.
—Sé que estás nervioso por ver a tu madre, pero estoy seguro de que todo saldrá bien, Yoonie —dijo el rubio, terminando por llevar sus dedos entre los cabellos blanco y negro para acariciarlo. Se acercó lentamente al otro y besó su mejilla con una sonrisa—. Quédate tranquilo, yo estaré todo el tiempo contigo.
YoonGi miró a JiMin con el rostro sonrojado, frunciendo el ceño como si le molestara aquella tierna intimidad que había ido en aumento entre ambos, similar a la cantidad de estrellas que los cuidaban en la noche. El menor logró asentir, sabiendo que el aroma, los brazos y toda la existencia de JiMin podían protegerlo y arrullarlo hasta entregarle la calma más pura de todas.
Se inclinó hacia él y se permitió, durante un ratito, apoyarse en el cariño de JiMin que parecía serle limitado y que sin embargo por ahora no le importaba. YoonGi necesitaba sentir ese calor que sólo el mayor podía entregarle y no pensaba en que cuanto volviesen a Nueva York él regresaría con su esposa. YoonGi se mintió un poco para disfrutar la corta presencia de JiMin a su lado hasta que decidiera cortar aquel amorío que tenían, porque eso es lo único que eran: crueles y torpes amantes.
En cuanto el avión aterrizó, YoonGi comenzó a sentir una nueva emoción calándose en sus huesos. El sol golpeó su piel, le acarició la cara y lo abrazó como si le diese la bienvenida. Incluso así, Min tuvo escalofríos en cuanto pisó la tierra de Francia, como si la luna visible aún en el día le contase algún presagio en secreto. Sin embargo, YoonGi trató de no arrastrarse en la marea de intuiciones aleatorias e insensatas; se enfocó en dejarse llevar por su misión de encontrar a su madre y de disfrutar al menos un poco la estadía en Francia con Jimin. Así, ambos se atrevieron a caminar más cerca del otro por el aeropuerto hacia las calles de Orleans, sabiendo que allí podrían proclamar su pasión con una libertad encantadora sin tener que ocultarse entre desconocidos y miradas errantes.
Prefirieron caminar unas cuantas cuadras antes de tomar un taxi, contemplando los transeúntes y esa belleza pura similar a un poema de Petrarca. JiMin estaba risueño, señalaba los edificios y mecía sus manos como un niño que caminaba en una juguetería. Aquello, con el corazón arrebatado, hizo que YoonGi se sintiera más a gusto entre calles que no recordaba.
En cuanto arribaron al hotel, YoonGi se encargó de pagar la habitación y tomó las llaves mientras se encaminaban al ascensor que los llevaba a su cuarto. En paredes desconocidas y envueltos en la melodía vacía del ascensor, los dos se vieron a sí mismos renacidos en un silencio para nada incómodo. El más joven se quedó mirando los números que aumentaban mientras subían piso por piso y JiMin, inconscientemente, se perdió en la belleza del perfil ajeno.
Los dedos de Park buscaron encontrar los del más pálido. Con un suave movimiento parecido a la ventisca de otoño, JiMin acercó su mano hacia la de YoonGi y tiró de él para que se acercara más. Con sus brazos pegados, JiMin esbozó una sonrisa y se acercó aún más al muchacho de ojos curiosos y mejillas coloreadas con timidez. Sus respiraciones se entrelazaron con una suavidad que hizo catarsis en el menor y ambas sonrisas se juntaron en la eternidad de un beso.
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Allergic to the arctic (CANCELADA)
FanfictionYoonGi es un joven agobiado por su propio inconsciente. JiMin es un hombre recién casado, obsesionado con el misterio de su pasado. Cuando ambos se encuentren, renacerán los temores y la frialdad que alguna vez existió en sus vidas e intentarán, a p...