Yacía en él la más pura angustia nacida en los barrancos de sus pestañas. Cada gota de tormenta regaba sus mejillas de caos, un caos interior que deseaba estallar y desperdigar cada trozo de sí mismo.
«No llores, no llores», se decía; más una súplica que un consejo. Su reflejo distorsionado se mostraba frente a él y detuvo su existencia para sólo centrarse en su fría respiración, intentando con todas sus fuerzas que la catástrofe se fuera lejos de su pecho. Cuando logró que sus pulmones volvieran a llenarse de aire, se mojó la cara con agua helada del grifo y luego volvió a mirarse al espejo como si estuviese alentando a su alma a continuar con aquella desdicha.
Con un último suspiro, YoonGi caminó hacia la puerta del baño y, cuando salió de allí, el mundo volvió a existir para él. El sonido de voces y pasos ajenos hicieron eco en sus oídos y trató de ignorar a toda la multitud en los pasillos, llevando sus pies con rapidez hacia su destino. Después de haber estado veinte minutos encerrado en el baño, se adentró a su clase en silencio y se sentó en los bancos más cercanos a la salida, observando desde lejos a la profesora hablar en voz alta para que todos fueran capaces de oírla.
Las manos le tiritaban con constancia, producto de la ansiedad que lo estaba carcomiendo desde que el sol había suspirado en su rostro al principio de la mañana. Se comió las uñas hasta el punto de lastimarse los dedos, pero el dolor se le hacía fútil y casi inexistente. Se llenó la cabeza de una vieja canción la cual recordaba a medias, intentando calmar aquellos nervios que parecían matarlo poco a poco. Pronto, sería él quien sustituiría las palabras de la profesora y todo el mundo presente en aquel salón debería escuchar su voz temblorosa y probablemente tartamudo.
«De seguro haré o diré algo estúpido», pensó, lamentándose de antemano. Sus pupilas se movían rápidamente por la clase y en un momento se asustó, pues lo único que escuchaba era su sola respiración agitada. Tragó saliva, sabiendo que en aquel momento la profesora había llamado a su nombre y era el siguiente en pasar frente a la pizarra.
Se quedó un momento pasmado donde parecía que el universo se había detenido sólo para darle un golpe en la espalda y obligarlo a salir de su mundo onírico. Pestañeó varias veces como si recién se pospusiera a despertarse y se puso de pie con su típica expresión seria y fría, siendo observado por muchos de los alumnos de primer año. Caminó por el pasillo bajando las escaleras, rezando al Dios que fuera para que no le permitiera tropezarse y caer frente a todos. Casi con alivio, llegó hacia el último escalón y se dirigió frente al escritorio, echando un último vistazo a la profesora mientras se secaba el sudor de las manos en el pantalón antes de abrir su boca y dejar salir su voz de manera modulada.
Comenzó a hablar sobre el principio del movimiento Ilustrado en Europa en un tono sereno y alto, sin ninguna pizca de duda o temblor en su voz. Recordó cada palabra que debía decir y no se detuvo en ningún momento a pensar, utilizando el vocabulario correcto para describir los diferentes escenarios y personajes que se dieron en la Ilustración. Continuó sobre los autores más destacados que habían expandido aquel movimiento y se refirió a algunas obras con total seguridad, recomendando un par de ellas para que sus demás compañeros las revisaran en futuras clases y así poder fomentar una discusión al respecto. YoonGi decidió finalizar con el avance social que la Ilustración había desatado sobre Europa y en el mundo en su totalidad, puesto que el uso de la razón y la lógica fue la principal herramienta de aquellos ilustrados, y grandes científicos famosos lograron propagar mucho más sus teorías e inventos a través de las sociedades.
Cuando bajó sus apuntes y miró a su profesora indicándole que su lección había finalizado, escuchó los aplausos de los alumnos presentes y el alma le volvió al cuerpo, tomando sus hojas del escritorio y volviendo tan rápido como podía a su banco al final de toda la clase. Pasó sus manos por su rostro como si quisiera arrancárselo, suspirando pesado al saber que no había dicho nada fuera de lugar ni se había equivocado en su explicación. Se sobó el pecho, similar a una caricia de ánimos a sí mismo y de entre sus labios volvió a escaparse un suspiro, esta vez un tanto más sosegado de la presión pasada.
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Allergic to the arctic (CANCELADA)
Fiksi PenggemarYoonGi es un joven agobiado por su propio inconsciente. JiMin es un hombre recién casado, obsesionado con el misterio de su pasado. Cuando ambos se encuentren, renacerán los temores y la frialdad que alguna vez existió en sus vidas e intentarán, a p...