Microrrelatos no tan micros.

Lo Siento.

La noche era oscura, pero que importaba, no me interesaba la luz, ella siempre había sido mi luz, sí, en pasado, porque las acciones a veces hacen apagar soles, sus acciones habían apagado un poco el sol que se incendiaba cada vez que la veía.

No diré que estábamos en un lugar romántico bajo la iluminación de un millar de estrellas, solo era la sala de su casa con las bombillas apagadas, no sé en que momento nos quedamos solos, o bueno casi solos (su padre estaba conversando con un viejo amigo a escasos metros en la galeria) y el resto de su familia ya dormía, pero si, en ese momento se sentía que solo existíamos ella y yo, y siendo sinceros no me gustó del todo, lo único presente era un silencio incomodo que duró unos pocos segundos antes de saludarla como a una completa extraña "Hola Señorita"; Hola, fue su respuesta incrédula al ver mi frívolo saludo; luego de varios intercambios de miradas solo se sentó a mi lado, no tuvo que decir nada, su contacto y su calor eran suficientes, sencillamente entrelazamos nuestras manos, no me di cuenta en qué momento sobrepuso su palma sobre mi palma, lo que sé es que ese simple contacto signficaba que aun existía algo, aun quedaba amor.

Eso sí, ya el silencio era suficiente, si no le decía todo lo que llevaba dentro iba a explotar! o a implosionar (explotar hacia dentro), así que decidí dejarlo salir, no diré todo lo que le dije pero si puedo resumir la idea de mis palabras en que me sentía "decepcionado con ella", sencillamente no estaba en un momento importante para mi cuando creí que lo estaría, el hecho no parecía de importancia, pero que ella haya sido quien me hizo el desplante si que lo era!

Supongo que el dolor y la decepción es directamente proporcional al amor que sentimos hacia alguien... Cuanto dolor sentía! O debería decir ¡cuánto amor! En ese momento amarla me resultaba doloroso.

Al finalizar mi pequeño discurso de desahogo me sentía mas ligero, me sentía libre pero a la vez refugiado detrás de gigantescas murallas de sentimientos de rabia, tristeza y decepción, murallas que años atrás eran impenetrables por sufrimientos y desamores que en ese momento creí no soportar, pero las que en un momento le abrí las puertas para que ella entrara a mi corazón, y no solo entrara si no que se apoderada del mismo, las murallas se alzaron esa noche pero estas mismas murallas fueron derribas con una única frase "Lo siento".

No necesité una larga explicación, no necesite un mar de lagrimas de arrepentimiento, esta pequeña frase me bastó porque estaba completamente seguro que venían de lo mas profundo de su corazón, no quería seguir hablando, no quería que ella hablara, solo nos levantamos porque la hora había avanzado y me tenia que ir, eso sí no sin antes recibir uno de los abrazos mas significativos que cualquiera pudiese recibir, nos unimos en un único abrazo que significó el derribo definitivo de cualquier muralla, ella se cuestionó el porqué mi corazón latia tan de prisa, pero es que cada subdito se estremece ante la llegada de su dueño, los perros ante la llegada de sus amos, los niños ante el retorno de sus padres, mi corazón al tenerla cerca..

No quería irme, pero la hora continuaba avanzando; la noche había finalizado; beso en la frente, buenas noches y un "lo siento" que había sustituido la decepción por un amor renacido... Este retumbó en mi cabeza hasta quedar dormido esa noche oscura entre las sábanas de un insomnio fallido...