¿Qué tengo que hacer?

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Maldita sea!

Y qué es lo que tengo que hacer para que me creas! Para que sepas lo mucho que significas para mí y que en realidad te amo! 


-Sí lo dije! Estoy completamente enamorado de tí, de tu sonrisa, de esos hoyuelos, de la forma en que acaricias tu pelo, y qué decir de esa forma en que me miras y me dejas hipnotizado y me arrastras a tu mundo, mundo del que no quiero escapar.



-Dime qué tengo que hacer para que me creas! Estoy dispuesto a recorrer el desierto de Sahara sin ningún tipo de cobijo, estoy dispuesto a atravesar a nado los grandes ríos del Missisipi, me subiré a la cima del monte Everest y gritaré a los 4 vientos que eres la indicada! No me importa si tengo que recorrer diez veces la muralla China con mis pies descalzos y así demostrarte mi valía! Solo pronuncia con tus bellos labios la hazaña más inhóspita e improbable y yo iré a realizarla!



*Todo el que lo escuchó quedó maravillado muchos por su gran osadía y coraje y otros ante tal elocuente discurso, ella, sin embargo, sólo lo miró con cara incrédula y replicó...




*Es que no se trata de lo que me vayas a demostrar a través de grandes hazañas, es de lo que ya me demostraste con los pequeños detalles, el no fijarte que este corte de pelo sólo fue por ti, el que nunca te dignaste siquiera a abrirme la puerta ni 1 sola vez! El que ni te acordaras del día de mi cumpleaños, o preguntarme por la salud de mi padre convaleciente. El amor se demuestra con pequeños pedacitos de afecto y ternura, no con exhuberantes y vacias declaraciones al publico.


*No me interesa un parlanchin que me promete bajarme la luna y todo el cielo, ya tengo a alguien que bajo del cielo, dió su vida en un madero y con su sola presencia me eleva con él a los cielos. 


*Tengo un caballero que con el rocio en las mañanas me demuestra que me ama y con las leves brisas del inicial del alba acaricia mi pelo con tal delicadeza que no necesita decirme que está conmigo, solo lo siento, y lo interesante de todo es que no merecia su amor, al principio le fuí infiel, con mis pensamientos, con mis acciones, a veces le daba la espalda y dedicaba mi tiempo y fuerzas a amores pasajeros, y a pesar de ello mi dulce caballero dió su vida en un madero, clavó con su cuerpo la mayor declaración de amor que jamás me harán, puedes quedarte con tus grandes hazañas, prefiero mi pedacito de amor que aun sin merecer recibo cada mañana.

Microrrelatos no tan micros.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora