Y aquí vamos de nuevo, el Sr. Rogers como cada mañana viene a alimentarme, ya es un hábito, cada miembro de la familia tiene su propio horario para venir aquí y pasar sus cinco, diez o quince minutos conmigo.
Aunque no el Sr. Rogers, cada vez que tiene la oportunidad de venir a alimentarme son raras las veces que no dure sus acostumbrados 33 minutos sentado junto a mí, bueno encima de mí. Solemos disfrutar cada segundo, me habla de sus planes, de sus fracasos, de su amante la Srta. Sarah y de cómo al estar con ella se siente lleno de vida; en una de sus acostumbradas visitas matutinas recuerdo una pequeña anécdota que fue tan graciosa que esa mañana no paramos de reír, la historia era tan graciosa que no pude digerir mi alimento matutino, algo que al Sr. Rogers no le causó tanta gracia y tuvo que llamar a una especie experto en alimentos sólidos para que yo pueda volver a tragar, supongo que por eso ya no me cuenta tantas anécdotas graciosas, teme que esa sea la causa del porqué me trabé esa mañana, no le falta razón.
La esposa del Sr. Rogers, la Sra. Parker, es todo lo contrario a su esposo, siento que no disfruta su momento conmigo, tanto así que de los cuatro integrantes de esta familia es la única que a duras penas pasa cinco minutos conmigo, y digo cinco para no ser cruel, creo que en realidad el tiempo máximo que pasamos juntos fue una vez que compartimos cuatro minutos con tres segundos y siete milésimas; siento como si el venir a verme para ella es más una obligación que un disfrute, me da mucha pena.
La pequeña Pitsi es con la que más disfruto, y supongo que también disfruta alimentarme, ya que al estar conmigo no para de cantar sus típicas canciones de pop y hip hop, no sé si para una pequeña de once años sea normal escuchar esas canciones, pero sí que canta con el alma el pequeño cohete (como le llama el Sr. Rogers).
¡Y bien no le falta razón! Casi semanalmente viene a contarme de su nuevo galán, del nuevo chico que por solo mirarla cree ser su nueva "alma gemela", sí que cambia de amores a velocidad cohete.
Y hablando de almas gemelas no puedo olvidarme del joven Roger Jr., hijo mayor del Sr. Roger, pero no, él no es mi alma gemela, pero sí es quien la alimenta; recuerdo que la tarde que fui instalado en este hogar la ví, era una pequeña obra maestra de pura porcelana en color aurora, ¡qué hermosas curvas! ¡Que hermoso y delicado acabado! Y que dolor sentí al ver que nos separaban, al ver que la llevaron a la habitación del joven Roger Jr., si hubiese sabido que sólo la vería esa vez le hubiese tomado miles de fotos en mi memoria también de porcelana, le hubiese confesado mi amor eterno, aunque esa haya sido la primera vez que la vi.
En fin, esta no es una historia de amor, así que ignoren lo que les acabo de decir, suelo ser algo sentimental; así como cuando me enteré de que la Srta. Tiví siempre era capaz de reunir tanto al Sr. Rogers como a la Sra. Parker y los pequeños Roger Jr. y Pitsi. ¡Todos los domingos en las noches sabían pasar horas y horas frente a Tiví, eso me llenaba de celos! ¡Como era posible que no se aburrían el estar frente a ella por tantas horas, y conmigo solo eran capaces de pasar escasos minutos! La odiaba, odiaba esa figura plana y fit, sus colores vivos e intensos, su voz multiforme y su dominio perfecto de tantos idiomas que yo mismo desconocía, y que decir de su conocimiento de ciencias, sociología, entretenimiento y deportes, ¡era completa! Aunque luego recapacité y según me contaban los hermanos cuatrillizos Cepis, todas esas horas la familia Roger se quedaba frente a la Sra. Tiví como zombis inertes, sin hablar, sin conectarse, siendo simples espectadores de programas creados por una mente a veces poco creativa.
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Microrrelatos no tan micros.
ПоэзияEsto es una recopilacion de varios microrelatos, una recopilacion de vivencias, de exitos, de fracasos, de anhelos, de metas y decepciones, es un desahogo y un escape a traves del escrito, soy yo y sera cada uno de ustedes al unirse a mi entre las l...