Esto es una recopilacion de varios microrelatos, una recopilacion de vivencias, de exitos, de fracasos, de anhelos, de metas y decepciones, es un desahogo y un escape a traves del escrito, soy yo y sera cada uno de ustedes al unirse a mi entre las l...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Y ahí estábamos los cinco, sentados en bancas diferentes, cada quien comiendo su pollo frito en un plato diferente, pero entrelazados a través de miradas esporádicas, de chistes y carcajadas e intercambios de anécdotas comunes, el momento era lindo, gente que comparte un lazo común en una noche cualquiera, en un parque de algún lugar del mundo, bueno, un parque de Haina.
Cuando acabé de comer mi plato sencillamente me aparté del grupo, algo me impulsó a salir de aquel lugar y dirigirme a un grupo de columpios que estaban mas delante y a oscuras, solo me levanté y dije unas palabras a la persona que me quedaba mas próxima "Déjame ir allá abajo a buscar algo", quizás me escuchó, pero para mi era irrelevante que lo haya hecho o no, dije algo solo para que no se viera raro el hecho de salir del grupo sin ninguna razón, solo quería salir del grupo y estar SOLO.
SOLO. Hace unos años atrás para mi eso era sinónimo de tristeza, de soledad, de frío, de incomprensión, pero a su vez era mi escapatoria a un mundo incomprensible, o tal vez que me incomprendia, quien sabe, a día de hoy aun no tengo la respuesta, el punto es que, aunque al estar SOLO me sentía apartado, a la vez me sentía acompañado de mi mismo, podía ser real en mi rinconcito de pensamientos raros y fugaces, en mi pequeño mundo donde muchas veces era el héroe de mis propias historias creadas, o el villano marginado al que todo el mundo rechaza, curiosamente casi siempre elegía ser el segundo, pues era sinónimo de terminar SOLO, y dicha soledad era la inspiración que había llevado a crearme en primera instancia, o a crearlo.
Mientras me columpiaba una y otra vez comencé a revivir mi mundo abandonado, aunque esta vez algo era diferente, este mundo era mas negro de lo que pensé, esta vez ya no era el resultado de la imaginación de un niño inocente, ahora estaba acompañado de un joven cuyas malas decisiones habían creado un lugar aun mas oscuro y soportable que sobrepasaba la capacidad de resistir de su propio creador, aun así decidí seguir sumergiéndome y recapitulando recuerdos y sentimientos que se supone debían quedarse enterrados, Dios ya los había mandado a lo más profundo del mar, entonces quien era yo para traerlos a memoria?
Eso no me importó y en mi desdén de seguir penetrando en tan oscuro mundo comencé a sentir un fuerte frío en mi pecho que helaba cada partícula de mi ser, no era la noche, que de por si era bien calurosa, había algo en mi alma que no debí tocar, heridas que no debí comenzar a revivir, pero ya era tarde! Estaba en el parque a oscuras, estaba en mi columpio, había entrado a mi mundo oscuro y estaba reviviendo decisiones pasadas, malas decisiones pasadas, ya no tenia escapatoria!
O eso creí hasta que a lo lejos John, una de las cuatro personas que me acompañaban en el parque, decidió poco a poco acercarse a mi, con el temor de sentirme descubierto rápidamente tomé mi sonrisa enganchada y la traté de poner en su lugar antes de que llegue al rincon oscuro donde me estaba columpiando, supongo que funcionó, ya que el único cuestionamiento que recibí de él era el hecho lógico de porque me había apartado del grupo y que qué hacia ahí a oscuras, mi respuesta solo fue: SOLO.
Antes de él seguir cuestionándome sin darme cuenta ya estaba rodeado de las otras tres personas que me acompañaban, y tanto el como Flor insistían en que les diera una razón de porqué me había apartado, dentro de mi estaba un poco molesto, me habían desconectado de mi mundo oscuro, de mis pensamientos grises, de mi espacio etéreo donde solo importaba yo.
Otra parte de mi estaba agradecido, me habían salvado de mi mismo, de estar SOLO.
Al final no pudieron sacarme nada, bueno a excepción de Flor, la que con solo una mirada podía desnudar parte de mi alma, ella sabia que algo no andaba bien.
Gracias a Dios que en ese momento me entró una llamada! Bendita llamada! Era uno de los padres de ellos que nos recordó que la hora había avanzado y era momento de retornar a casa, así se los indique y poco a poco salimos de las sombras del parque mientras nos dirigíamos al carro, ya en ese momento no me sentía SOLO, me habían rescatado de mi mismo, o eso pensé...