Las personas suelen tener diversos sentimientos para expresar con respecto al día lunes. Muchos lo detestan. Significaría volver a las labores y cotidianidad de la vida. Unos pocos, lamentablemente por la cantidad, siempre ansían volver a aquel lugar de trabajo, sin importar el estrés que este suponga.
Pero, entre las millones y millones de personas que habitan el planeta Tierra, ¿habría alguien que le temiera a la llegada del primer día de la semana?
Si la respuesta era un "no", podrían consideran en este momento a Shiro como la primera persona que le temía a la llegada del día Lunes.
No, no era el día. Tampoco era el terror a la rutina.
Su miedo tenía una justificación que, para los ojos de cualquier persona, podría pasar por válida.
Aquel pretexto que ponía a su nerviosismo por el inicio de la semana era el tener que enfrentarse a su realidad y llevar a cabo la decisión que, con tanto dolor, había escogido.
»«
Caminaba con la mirada perdida, situándola en la ruta pavimentada que se extendía frente a él. Su distracción evitó que visualizara que su arribo a la escuela había coincidido con la llegada de un par de hermanos. A quienes menos quería encontrarse tan temprano en la mañana.
El auto del profesor Samuel se detuvo cerca de la entrada del gran recinto. De la puerta del copiloto salió Matt, quién, con tan solo ver a Shiro, sintió perder su cordura. Por acto reflejo soltó un suspiro. El mayor sabía que aún se encontraba molesto por lo acontecido el viernes, pero sin importar la actitud con la que lo recibía, tomó una bocanada de aire y lo llamó como si nada hubiera ocurrido.
¡Matt! ¿Qué tal tu fin de semana? — se aproximaba para chocar sus puños como normalmente lo hacían, una forma de saludarse desde pequeños.
El mencionado se limitó a observar a Shiro— "¿Es en serio, Shiro?" — pensó.
¿Cómo se atrevía a actuar de aquella forma tan despreocupada tras lo acontecido el viernes? ¿Se estaba tomando a la ligera lo que opinaba con respecto a que gustara de su hermana?
La mirada gélida de Matt provocó en Shiro un escalofrío. Sí, Matt sabía actuar de la manera más amable y cálida posible con las personas que estimaba, pero, cuando se trataba de demostrar sus emociones tales como el enojo o, en casos más exagerados, desprecio, tenía la formula correcta para hacer saber a las personas que algo no iba bien.
Para evitar escenas innecesarias a los pies de la entra del Galaxy Garrison, Matt continuó su camino en dirección a su salón, ignorando por completo la existencia de su mejor amigo.
Pero la presencia de Shiro no fue del todo ignorada. La persona que había descendido de la parte posterior del automóvil, Katie Holt, ahora lo miraba con aquellos claros ojos y una sonrisa adornando su rostro.
"Lo siento"
Lucho contra si mismo para evitar regresarle a la contraria una sonrisa. Solo le mostró un rostro plano, sin expresión alguna.
—¡Shiro! — La menor se aproximaba a él. Era bien conocido por todos que cada vez que esos dos se encontraban hacían todo un show de ello. Ambos extendían sus brazos y corrían como si de la escena de una película se tratara, para que al finalizar se recibieran con un abrazo. Que, en la mayoría de las ocasiones, terminaba con Shiro cargando a Katie y dando una que otra vuelta con ella en brazos. Pero ese lunes, todo cambiaría.
La joven Holt hizo lo propio. Se acomodó la mochila y corrió en dirección al chico con sus brazos extendidos, señalando que estaba preparada para ser recibida por los brazos de Shiro, ser envuelta y perderse simplemente en ese momento.
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Pétalos de amor: Flores de Azahar.
Fanfiction"¿Por qué he expulsado un pétalo de mi interior?" El dedo de la chica pulsó el botón de buscar, desplegando más de 200000000 resultados en 0.2 segundos. "Quisiste decir: Enfermedad Hanahaki" La chica seleccionó aquellas dos palabras que se encontr...