Capítulo 5~ Chocomenta.

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Hace un mes~

»—¡Gracias!— le sonreía la chica de largos y castaños cabellos.
Era Katie. Lucía exactamente como la pequeña de cinco años que conoció aquel día. Llevaba un moño color púrpura sobre su cabeza y un vestido haciendo juego con el accesorio. En aquel entonces Shiro tenía diez años.
La imagen se tornó borrosa, ahora se encontraba Shiro, con su imagen de adulto, pero la pequeña seguía teniendo la edad de cinco años.
—¡Yo confiaba en ti, Shiro!— gritó mientras lloraba—Pero alguien bueno no tiene esa clase de sentimientos por alguien más joven. Eres asqueroso. Te odio—le dijo la pequeña niña, mientras se alejaba.
—¡Perdón! ¡Perdón! Te he defraudado. Soy alguien despreciable.
—Lo sabemos— volvió su mirada al lugar donde provenía la voz. Ahora estaba la versión infantil de Katie, tomada de la mano con la adolescente que hoy en día era—Por ello queremos que te alejes de nosotras.

Volvió a si mismo, como quién regresa tras haberse perdido en pensamientos.
Se encontraba caminando en dirección a las escaleras de la entrada del Galaxy Garrison,en donde vería a la protagonista de aquel sueño.
No dejo de atormentarse desde esa mañana de viernes, dándole vueltas en su cabeza a aquel sueño que lo despertó antes de que su despertador sonara. Parecía como si reprodujeran, una y otra vez, un vídeo. Pero un sentimiento de melancolía incrementaba conforme las veces que se repetía el cortometraje.

No era la primera vez que había soñado eso. Mentiría si dijera que tendría una cuenta de las ocasiones que aquella pesadilla le privaba del sueño.
Era difícil el comprender porque su cerebro optaba por torturarlo de aquella manera, pero era el modo de volverlo a su realidad.

Un chico de veintitrés años enamorado de la hermanita de su mejor amigo, Katie Holt. Quien simplemente era una adolescente de dieciocho años.

Aquella pesadilla le recordaba lo disparatado que era el que tuviera sentimientos por alguien menor; lo mal que lo verían las personas sí se enteraban que había desarrollado una atracción por la más pequeña de su grupo de amigos y el sentimiento de desaprobación de sus seres queridos, tachándolo de ser un aprovechado, por acercarse a alguien cinco años menor que él.

Pero lo peor, según Shiro, era la incertidumbre que le generaba la reacción de la castaña si se llegara a enterar de su sentir.

"¡Te odio! ¡Aléjate de mi!"

No era algo que hubiera escuchado decir a Katie, pero el simple hecho de que aquellas frases se aparecían en sus sueños, era razón suficiente para que él decidiera que lo mejor que podía hacer era guardar para si mismo sus sentimientos por la hija de su tutor y amigo, Sam Holt.

Nunca quiso enamorarse de ella, pero cuando comenzó a percatarse del afecto que le provocaba la simple acción de contemplar la sonrisa de la más inteligente, era demasiado tarde.

Simplemente reconoció que empezaba a encontrar tierno cada acto que realizaba la chica. Lo bello que era su ser ante sus ojos, ocasionaba que perdiera conexión con el presente y comenzara a divagar de lo hermosa que podía llegar a ser una persona, solamente si esa era Katie.

¡Pero era incorrecto! Estaba mal. No debía ser así.
Él era cinco años mayor que ella. Sesenta malditos meses de diferencia. Mil ochocientos veinticinco días que prestaban para erróneas interpretaciones, convirtiendo sus puros e inocentes sentimientos por la muchacha en perversos y oscuros pensamientos, simplemente por el hecho de que él era mayor de edad.
No importaba que ella pareciera tener más madurez. Nadie vería con buenos ojos el que Shiro confesara todo el amor que sentía por ella.

Pétalos de amor: Flores de Azahar.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora