Prólogo

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 Siempre lo supe.

Siempre supe que enamorarse no estaba bien, siempre supe que me lastimarían pero no lo pude evitar simplemente quería creer que sería diferente, yo lo deseaba, y confié, simplemente  pensé que por fin podría sucederme algo tan maravilloso, que había encontrado alguien que veía más allá de mí y podía sentir lo que yo sentía también.

Pero eso no importa lo que importa es el hoy, que debo seguir y lo estoy haciendo muy bien, tal vez no tan bien como mi familia quisiera, pero lo suficiente como para no andar encerrada todo el día en mi habitación.  Él ya  no me importa, sé que lo he superado. Y aunque a diferencia de él yo si tuve sentimientos, si lo vuelvo a ver estoy segura que no me desarmare ante su sonrisa ni me derretiré como helado de vainilla con chispas ante sus penetrantes ojos verdes, estoy segura que si me habla no saldré corriendo a  abrazarlo,  sé que yo no haría eso, aún si tengo que abofetearme severamente para no mover ni un músculo. Debo dejar de pensar él y lo bien que se sentía tenerlo cerca, sólo olvidarlo y cómo dijo hacer como si nunca hubiera sucedido nada.

Simplemente dejar de quererlo, así  debe ser. Yo ahora solo debo ser lo mejor que queda de mí, reunir los pedazos y seguir adelante. Y de una vez por todas dejar de llorar por cada rincón, y ya no ser como antes, no esa niña débil ahora seré fuerte, ser el tipo de persona que todos me han enseñado a ser, ya no la pequeña de quien se burlaron, eso solo trae dolor.

Pero a quién engaño. No sé qué sucede conmigo, algo me dice que todo está mal, que no debo ir a Londres. Si lo encuentro no sé qué haría, tal vez dejarme embaucar de nuevo. Y aun cuando le prometí a mi padre, y mi madre esta empeñada en que un viaje lo arreglará todo, no es el lugar indicado. Lo presiento. Sé  que  dije que lo he superado que no siento nada pero les mentí yo les mentí, yo aún no puedo olvidar el semestre pasado, aquel semestre que cambió mi vida, no puedo olvidar aquella vez que oí su voz, aquel momento que lo cambió todo, daría todo por olvidarlo por no haberme enamorado de él, simplemente no quisiera haberlo conocido nunca. Nunca.

__Vas a estar bien__ dice mi prima que esta sentada a mi lado en el asiento trasero del coche de mi madre__ Londres, será genial__ dice limpiando un lágrima que se resbalaba por mi mejilla

__Será grandioso, cariño__ la apoya mi madre__ tan divertido que no querrás volver__ me da una media sonrisa, solo asiento.

__ Conocerás a muchos encantadores y hermosos chicos__ continua Avery con mi madre parloteando de lo maravilloso que el cambio de aires me sentará, pareciera que no recordaran que él estará en el mismo lugar.

 Por un momento había olvidado que nos encontrábamos en el auto, rumbo al aeropuerto. Daría lo que fuera por bajar de este auto y regresar a casa, quizás si empezará a llover y cancelaran los vuelos. TAN SOLO SI NO DEBIERA VIAJAR, me digo a mi misma, tocando el pequeño dije del colgante que me regalo Alex.

No he podido deshacerme de él. Cada vez que lo intento, termino recuperándolo a los segundos. Tal vez lo único bueno en este viaje sea poder extraviarlo y  no sentirme tan culpable por hacerlo yo misma.  Y sobre todo no cruzármelo nunca. Londres debe ser lo suficiente grande para que dos personas jamás se crucen en el mismo tiempo y lugar. Demasiado grande, en verdad.

Yo no soy el mismoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora