Capítulo 20 ~ Somos amigos

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Tener a Luna en mis brazos era lo mejor del mundo.

Que digo del mundo, de la galaxia. Y ni eso, es aún mejor que todo ello junto.

Au podía sentir como encajaba perfectamente conmigo, como dos piezas de puzle. Esa sensación no se borraba, la sentía aun.

Y mi jodida sonrisa tampoco se borraba. Parecía un puto tatuaje permanente.

Bueno tampoco es como si todo hubiera salido perfectamente.

Después que ella me abrazo  me sentí en el jodido cielo, hasta el zoológico de mi estómago celebró. Yo solo flotaba. Lo sé estoy hablando como una cursi nenita de quince años que sueña con los one direction.

Nuestro abrazo tampoco duro mucho, ella me soltó y arecía nerviosa. No la presioné e intente hacerla sentir cómoda. Intenté que las cosas fluyeran, tuvimos un buen momento si se lo preguntaban, fue casi mágico.

Pero no se emocionen. No somos novios.

Jodida vida.

Por un largo momento, casi todo el picnic en verdad, consideré pedirle que seamos novios de nuevo, lo iba a hacer. Sin embargo no lo hice. Solo bastaba ver sus ojos para ver que aún estaba algo asustada y se va ir de todos modos. Así que le pedí que seamos amigos.

Algo es algo, ¿no es cierto?

Prefiero tenerla cerca aunque sea de esa manera a no tenerla de ninguna manera. Sería aterrador.

No piensen que le dejaré el camino a cualquier idiota que se le acerqué a menos de dos metros, claro que no. Sólo voy a jugar mis cartas de otra forma. Ella está asustada, me lo dijo, y avergonzada también dado que ahora se su mayor secreto. Tampoco podemos olvidar y aunque no lo diga que su mayor miedo es a que yo lo joda de nuevo, por lo que me ganaré su confianza otra vez, y que mejor forma que como su amigo.

Empezaremos de cero.

Es un asco la idea, pero parece la mejor opción.

Sólo espero tener la suficiente paciencia y control para no arruinarlo, porque todos sabemos que cuando estoy cerca de ella mi cerebro no funciona mucho y solo hago las cosas un tanto impulsivas, por no decir que mando todo a la mierda.

Así que como dicen en esa película en que se mueren de hambre, en realidad no, que la suerte este de mi jodido lado por una puta vez.

Han pasado cuatro días.

Los estoy contando en realidad. Es estúpido pero cuando lleguemos a diez, la abre perdido.

Estoy siendo paranoico, no lo niego.

No quiero perderla, quiero que se quede conmigo para siempre.

Lo sé, parezco un maldito cursi.

Aun así he aprovechado cada segundo. Ella debe pensar que tengo alguna clase de obsesión o soy su sombra porque desde que amanece hasta que se va a dormir no me he separado de ella. La he acompañado a sus citas con la psiquiatra y el terapeuta, que gracias a todos los santos no es ningún doctor sexy sino un viejito simpático, aunque Luna no opine lo mismo.

No estoy de acuerdo en que se lo oculte a su padre. De todas formas la estoy apoyando. 

Saliendo de su terapia, no me despego de ella. He logrado robarle más de una sonrisa en cada cosa que hemos hecho. Prácticamente hemos tenido todas esas citas que no las habíamos tenido cuando éramos novios y es absolutamente perfecto.

Yo no soy el mismoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora