Capítulo 5

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Alba:

Había vuelto a pintar, aunque no del modo que quería. Si es verdad que había recobrado la inspiración pero todo lo que salía de ella eran cuadros tristes y angustiantes que provocaban la reacción contraria a la que buscaba: rechazo. Tenía asumido que eran trabajos suspensos. Aún así le frustraba porque sabía que podía dar más de ella, pero el problema es que no lograba encontrarse. ¿Dónde estaba Alba Reche? ¿Cuánto tiempo hacía que se había perdido?

Había pasado una semana desde que vió por última vez a Natalia. Sonreía tontamente cada vez que recordaba lo cuidadosa que había sido con ella, a pesar del mal comienzo que habían tenido. En el fondo, quería creer que la chica en verdad era así de tierna y el resto era sólo una imagen.  De todas formas, se quedaba con el hecho de que la había hecho sentirse querida, al menos, durante un rato. Hacía tiempo que no se sentía así, con Javier ya nada era igual, casi se podía decir que evitaban hablar por teléfono y eso le angustiaba , sabía que su relación se estaba yendo a la mierda y ninguno de los dos hacía nada. 

En resumen, su vida era un completo desequilibrio y ella estaba demasiado cansada como para afrontarlo. Tenía la sensación de estar viviendo en un pleno caos sin percatarse de ello o, al menos, sin tener fuerzas para hacerlo. Se preguntaba si alguien podría entenderla , estaba casi segura de que no. 

- Alba, cariño. Déjalo ya, te va a explotar la cabeza_sonó la voz de María a sus espaldas. 

Alba observó el oscuro paisaje plasmado en su lienzo durante unos segundos antes de volverse hacia María, que la miraba con una sonrisa triste. Su amiga sabía que no estaba bien, que hacía tiempo que no lo estaba. 

-Miki viene hoy a casa. Dice que quiere verte. ¿Te parece?

Alba asintió sin decir nada. No tenía ganas de ver a nadie aparte de María o Joan, pero también entendía la preocupación de su pobre amigo. Aunque apenas se conocían de meses, había congeniado mucho con Miki, y lo quería casi como a un hermano. 

Sin pensarlo dos veces, se acercó a su amiga y le dió un abrazo. Lo necesitaba, no por nada en particular, simplemente necesitaba encajar en algo, y en los brazos de María se reconfortaba. Sin embargo, no sintió ni por asomo lo que experimentó en los brazos de Natalia. ¿Qué le había hecho aquella chica? 


Natalia:

Sus planes de olvidarse de Alba Reche no iban nada bien. No podía quitársela de la cabeza, su pelo, sus ojos, su cuerpo, sus labios... parecían sellados en su mente. Durante la semana había faltado a la Universidad casi todos los días para irse a fumar porros con sus colegas o para aprovechar y graffitear algo por ahí. Sin embargo, nada podía distrarerla de Alba. Era una completa tortura. 

Cuando Miki fue a verla, se encontraba con la guitarra componiendo. Era otro de sus grandes hobbies, quizás su favorito. Aunque siempre lo llevaría secretamente, pues el perfil de compositora de canciones de amores rotos no iban con el perfil de persona dura que quería dar. De todas formas, con Miki no tenía nada que ocultar, se conocían demasiado. 

- Qué bien suena eso..._dijo Miki a modo de saludo cuando Natalia terminó de cantar la nueva canción que había compuesto_deberías grabar tus canciones. Tienes mucho talento. 

Natalia negó con la cabeza dejando la guitarra de lado con un suspiro. Para ella, la música era algo muy personal porque en ella se desnudaba por completo mostrándose vulnerable y humana, y era algo que prefería compartir casi exclusivamente consigo misma, como modo de autoconocimeinto.

-Son cosas que prefiero guardar para mí Miki. En fín...¿A qué has venido?

-¿Es que tengo que tener razones para visitarte?_atacó de broma el chico haciéndose el ofendido y provocando que Natalia le sacara la lengua _en realidad, creo que te va a gustar mi propuesta.

Mi Lugar eres TÚ (Albalia)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora