Capítulo 19 (Final)

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Seis años después:

Había llegando antes de lo normal a casa, algo que era bastante inusual teniendo en cuenta la cantidad de trabajo que estaba exigiendo últimamente en el museo.

Ser artista no era nada fácil. Debía entregar un total de cinco obras al mes, hecho que a ella le resultaba bastante agobiante debido a lo lenta y perfeccionista que era con sus cuadros. Sin embargo, era bastante feliz con lo que hacía y, sobre todo, con la persona que le esperaba en casa.

-¡Cariño! ¡Ya he llegado!_gritó mientras se quitaba la chaqueta tras cerrar la puerta.

Se dirigió automáticamente al salón esperando que se encontrara allí pero, para su sorpresa, no estaba. Hizo una inspección completa de la casa algo extrañada y cuando llegó a la habitación que compartían, vió un posi pegado en la ventana.

"Sal al patio trasero. Te tengo una sorpresita"

Frunció el ceño, escudriñando ese papel de letra tan característica y esperando que no fuera otro de sus jueguecitos. Hoy estaba demasiado cansada para bromas.

Haciendo un gran esfuerzo por no tirararse en la cama y dormirse en aquel preciso instante, que en esos momentos era lo que más le apetecía, se colocó sus pantuflas de conejito y se colocó el pijama de gatitos que tanto adoraba para estar cómoda y, acto seguido, se dirigió al patio trasero.

Abrió mucho los ojos, cuando vió todo iluminado por unas velas colocadas ordenadamente sobre el césped. Observó, entonces, su alrededor. No había nadie.

Se acercó a las velas, empezando a enfadarse por el puñetero jueguecito y su rostro se descompuso al ver que, efectivamente, formaban una palabra: "Retiro"

-¡No me jodas!_masculló frotando sus brazos con sus manos para entrar en calor.

Ahora mismo si que tenía claro que se iría directa al cuarto a dormir. Sea lo que fuese que estuviese en el Retiro, podía esperar hasta mañana, así que le envió un mensaje diciéndole que ni loca se iba a llevar la patea para ir para allá a esas horas de la noche.

El mensaje de vuelta le llegó casi al instante.

"Princesa, sabía que ibas a decir eso. Por eso te he llamado un taxi, tiene que estar al caer ya. Te quiero amor💜🔥"

Pestañeó varias veces pensando en lo surrealista de la situación pero poco tiempo tuvo para hacerlo porque llamaron repentinamente al timbre.

Se acercó cautelosamente y abrió la puerta, asomando únicamente su cabeza.

Un hombre bajito y de expresión simpática se encontraba ante ella.

-Buenas noches señorita. Soy el taxista._dijo con una sonrisa cordial.

Pensó en madarlo a la mierda, excusándose con que se había equivocado, pero la cara de cachorrito de ese buen hombre se lo ponía muy difícil y, desgraciadamente, ella tenía un corazón demasiado grande como para hacerle tal cosa.

Así que suspiró, y tras coger las llaves del piso y la chaqueta, lo siguió hacia el taxi. En pijama estaba, y le daba igual. A esas horas no era persona para preocuparse por aquello.

El hombre la dejó en el Retiro en cuestión de cinco minutos. Se despidió de él debidamente, y con las manos en los bolsillos para conservar el calor, se dirigió dentro del parque.

Se arrepintió enseguida de haber ido en pijama. El frío traspasaba con facilidad la tela y su piel se erizó casi al instante. Bufó molesta y pensando cómo coño había acabado allí a esas horas cuando divisó una alta figura al lado del lago. Reconoció su silueta al instante.

Mi Lugar eres TÚ (Albalia)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora