Capítulo 9

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Alba:

Un cosquilleo recorría todo su cuerpo haciéndola temblar de nervios, pero de esos nervios buenos. No lograba entender que le pasaba con aquella chica, pero tampoco estaba interesada en rayarse mucho por el tema, seguramente era una atracción temporal sin importancia que se iría en poco tiempo. 

Caminaban en silencio sintiendo el frío invernal de Madrid congelar su rostro, lo cual consiguió que Alba se recuperará bastante de la borrachera que llevaba encima. Natalia miraba a sus alrededores dejándose guiar por ella y, a la vez, intentando averiguar a dónde se dirigían.

- Oye Reche, ¿no irás a secuestrarme no?_preguntó de manera cómica rompiendo el silencio.

Alba sintió sus mejillas enrojecerse a la vez que soltaba una ligera risa. 

-En tus sueños. Quiero ir al Retiro. 

Los ojos de Natalia se abrieron y al momento sintió cómo esta la agarraba del brazo para detenerla.

- Eso está lejísimos tía. ¿Estás loca?

Alba puso los ojos en blanco.

-Está a tan sólo quince minutos exagerada. 

Natalia hizo un gesto dramático llevándose la mano al pecho como si la estuvieran matando, provocando que Alba cruzara los brazos con una ceja enarcada. Y, sin esperar respuesta, continuó caminando dejándola atrás.

-Si tanto te cuesta, no vengas. Tampoco es que te obligue._contestó de forma altiva pero con cierta broma.

Pero tan pronto como siguió su camino, los brazos de Natalia rodearon su cuerpo por detrás atrayéndola a ella. 

- Estás loca si piensas que voy a dejarte sola a estas horas de la noche_susurró en su oído desatando un escalofrío en todo su cuerpo. 

Se quedó paralizada durante unos segundos notando como sus pelos se erizaban hasta tal punto que dolían. No reaccionó hasta que vió a Natalia adelantando camino con una sonrisa de suficiencia sin esperarla. Pestañeó varias veces con las mejillas aún ardiendo y fue corriendo tras ella para alcanzarla. Esa chica la desconcertaba demasiado.

Continuaron el camino sin que se produjese ningún otro momento "íntimo". Hablaron de muchos temas y de ellas mismas, aunque Alba prefirió obviar la parte de su novio. Descubrió que Natalia compartía su amor hacia la joven cantante Billie Eilish e incluso bromearon sobre ir a algún concierto juntas. La rubia estaba gratamente sorprendida, esa era la Natalia que quería ver, y esperaba que fuera la verdadera. Una chica simpática, extrovertida, atenta y cariñosa, aunque debía admitir que le estaba empezando a  gustar ese aire chulesco tan característico en ella. La hacía más atractiva.

No tardaron en llegar  a su destino, las luces de las farolas iluminaban el parque y Alba sonrió con nostalgia, aquel lugar marcaba su comienzo, su inicio como artista, si se le podía llamar eso. Empezó a caminar de forma automática sintiendo como Natalia la seguía casi al instante. La pelinegra no dijo nada durante todo el trayecto y lo agradeció. 

Se paró cuando llegaron al Palacio de Cristal. Miró la inmensa estructura, que ahora reflejaba la luz de la luna, notando como sus ojos empezaban a empañarse. Muchos recuerdos se vinieron a su cabeza y, de repente, sintió como se le venía el mundo encima. 

Todo ese caos que había intentado ignorar, aparecía ahora.

Natalia debió notar como su cuerpo empezaba a temblar porque no tardó en abrazarla por detrás provocando que la chica pudiera por fín romper a llorar. Alba se volvió en sus brazos, agarrándola de la parte frontal de la chaqueta y aferrándose a ella con miedo a que desapareciera. 

Mi Lugar eres TÚ (Albalia)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora