Mi Lugar eres TÚ (Albalia)

Capítulo 11

Alba:

Definitivamente las películas de dibujos eran su debilidad. Otra vez había terminado llorando a lágrima viva. Quizás era porque también estaba muy sensible últimamente.

-Con esta has llorado más que con Coco_comentó Natalia divertida alzando las cejas.

-Bueno, es que la otra vez me abrazaste y se me pasó antes_contestó de forma juguetona.

Sin embargo, al ver el rostro contrariado de Natalia se arrepintió de lo que había dicho. Había conseguido incomodarla, siempre tenía que cagarla.

-Ven entonces_contestó la morena que abrió los brazos sorprendiéndola.

Y aunque la cabeza le rogaba que se quedara en su sitio y mantuviera la compostura, se dejó llevar de forma instintiva y se acurrucó sobre ella, sentándose en su regazo y hundiendo la cabeza en su cuello.

-¿Así mejor, Reche?_murmuró en tono vacilón en su oído desatando un escalofrío involuntario en su cuerpo.

-Mucho mejor_susurró cerrando sus ojos con una sonrisa satisfactoria en sus labios_Estás calentita...

Natalia sonrió, pero esta vez de forma cariñosa, y empezó a acariciarla las cintura y las piernas para que no tuviera frío.

Alba, por su parte, se sentía en el puto paraíso. Estaba tan segura en esos brazos, cuando estaba con Natalia sentía que todos sus dramas eran secundarios y que sólo importaba ese momento. Era una sensación increíble y si por ella fuera se quedaría así toda la vida.

-¿Quieres ver el resto de mi casa?_preguntó suavemente la chica en su oído.

-Sí, porfi_contestó incorporándose y dando saltitos como una niña pequeña.

Natalia volvió a sonreír, mirándola con ternura y empezó a andar, enseñándole la cocina, sus dos cuartos de baño, su pequeño despacho para estudiar y, finalmente, su habitación. Esta última dejó a Alba fascinada, las paredes eran oscuras, característica propia de Natalia, y colgados habían amplios posters, la mayoría de Billie Eilish y, sorprendentemente, de Rosalía.

-¿Te gusta?_preguntó Alba acercándose a uno de esta última cantante_No me lo dijiste.

-Pues sí, Rosalía me parece super personal y me gustan sus letras. Pero es algo que prefiero guardar para mí_acto seguido sonrió de lado_y que ya la gente se sorprenda, si eso.

Alba, asintió conforme con su respuesta, y repasó internamente la casa, algo no le cuadraba. Exacto, había una habitación que aún no le había enseñado.

-Bueno, ¿seguimos con el tour o qué?_dijo dispuesta a salir_Había una puerta cerrada que...

Se detuvo en sus movimientos cuando notó la mano de Natalia agarrar firmemente su brazo. Al elevar la vista, se encontró con la mirada de Natalia clavada en ella como un puñal, parecía que fuera una pantera y ella su presa. Tragó saliva, totalmente paralizada.

La pelinegra debió notar su miedo porque se apartó suspirando y negando con la cabeza.

-Es privado, lo siento.

Aunque sentía curiosidad, no quiso indagar más temiéndose otra reacción similar por parte de Natalia. Así, que sin saber que hacer, volvió a analizar el cuarto por si se había perdido algún detalle. Efectivamente, un cuadro en la mesilla de noche mostraba una imagen de Natalia, algo más pequeña, con un niño y una niña agarrados a ella.

-Son mis hermanos_explicó la otra mientras la rubia se acercaba para verlo mejor_Los dos son más pequeños que yo y son completamente insoportables, pero aún así los echo de menos a los muy tontos.