Mi Lugar eres TÚ (Albalia)

Capítulo 18

Natalia:

Alba y María estuvieron en frente de ella y Carlos en cuestión de segundos. La rubia del pelo largo los saludó efusivamente y, al instante, entró en el local deseosa de ver a su novia. Alba hizo lo propio saludando a Carlos con dos besos y luego dirigió sus brillantes y grandes ojos a Natalia, la cual seguía paralizada.

-Bueno, chicas. Me voy dentro a tomarme algo_dijo Carlos rompiendo el silencio y dándole una amistosa palmada en la espalda a la morena antes de marcharse.

Alba avanzó hacia ella, con el rostro serio que escondía una determinación acérrima y le tomó la mano.

-¿Podemos hablar?

Natalia asintió como una tonta, perdida en la miel de sus ojos y se dejó guiar por Alba, que empezó a arrastrarla aún cogida de su mano.

Habían pasado quince minutos en silencio, disfrutando del frío viento hasta que llegaron a su destino.

Natalia sonrió al ver que se adentraban en el Retiro y llegaban hasta el palacio de cristal. Recordó, entonces, su momento vivido más de un mes atrás en ese mismo lugar. Esa noche, Alba se había sincerado con ella y se había roto completamente delante suya, en ese momento comenzó a ver a la verdadera Alba Reche.

La rubia le soltó la mano, y fue entonces cuando abandonó sus pensamientos para centrarse en ella. La chica le daba la espalda mientras miraba fijamente el palacio de cristal y el reflejo que se creaba en él y el lago por el brillo de la luna.

-Por una vez..._comenzó a hablar con voz aterciopelada y profunda_Necesito abrirme contigo Natalia. He intentado ocultar demasiados sentimientos en este tiempo y lo cierto es que lo único que estaba haciendo era engañarme a mí misma.

Se dió la vuelta para mirarla fijamente. Sus ojos rebosaban muchas sensaciones contradictorias: había miedo, mucho miedo pero también se notaba seguridad.

-Alba..._empezó a decir pero la rubia le hizo un gesto para que se detuviera.

-Natalia, ese beso consiguió "materializar" todo lo que estaba sintiendo. Fue como un golpe de realidad, de asumir lo que estaba pasando. De asumir... que me gustabas o ,incluso me atrevería a decir, que me estaba enamorando de tí.

Alba se acercó un poco más a ella de manera que ya casi se rozaban. Y Natalia solo podía observarla con la boca levemente abierta y el corazón latiendo a mil por hora.

- Tenía mucho miedo antes de besarnos y, tuve aún más cuando nos besamos_dijo con la voz temblorosa y tomando las manos de la pelinegra_Y aún lo tengo... Pero es que ese beso me hizo sentir cosas inexplicables que ni siquiera había experimentado con Javi.

La morena no reaccionaba, se sentía demasiado en shock con todo lo que Alba le estaba confesando. Jamás se esperaba que quién diera el primer paso sería la pequeña rubia, aún así ella se sentía completamente igual. Había llegado un punto, en el que Alba ya no le gustaba, sino que la quería. La quería con toda su alma.

-Y no sé..._se detuvo tragando saliva y con los ojos humedecidos_No sé qué habrás sentido tú, pero yo tengo claro que quiero estar contigo. Y no sé si estaré yendo demasiado rápido con lo que te estoy diciendo pero es que lo que me haces sentir es demasiado grande como para dejarlo marchar por el miedo. Y no pienso dejar que el miedo me aleje de tí, Natalia.

La morena sentía una corriente de sensaciones intensas recorrer todo su cuerpo, era todo tan increíble que parecía que estaba soñando. Pero esa Alba, que tenía en frente mirándola expectante y a punto de romperse, era real. Esa chica a la que tanto quería y por la que quería ser mejor persona, le estaba confesando que la necesitaba a su lado.