Alba:
Nada más llegaron al local, Joan fue hacia ellas, no sin antes tropezar alguna que otra vez. Estaba claro que todos habían bebido "un poco" de más. Alba intentó contener la risa ante la torpeza de su amigo y vió por el rabillo del ojo como la morena también observaba la escena con diversión y su perfecta ceja enarcada.
-Hombre Alba, por fín venís. ¿A dónde os habíais ido?_su aliento apestaba a alcohol.
La rubia prefirió obviar la pregunta y echó una vista rápida a la sala, todos seguían bailando con copas en las manos pero faltaban María y Marta. No pudo evitar reprimir una sonrisa traviesa, algo le decía que su amiga había triunfado.
-Oye, ¿María dónde está?_preguntó para quitarse de dudas.
-Se fue fuera con Marta hace ya un rato, qué raro que no las hayáis visto._contestó acariciándose la barba pensativo.
Alba no pudo evitar cruzar miradas con Natalia, la cual mostró una pícara sonrisa. Ambas sabían ya de sobra lo que habían ido a hacer sus amigas.
- Bueno tías, vamos a bailar un poco, que la noche es joven_dijo Joan cogiendo de la mano a Alba y arrastrándola a la pista de baile.
La rubia le dirigió una mirada de disculpa a la morena a lo que esta respondió con una sonrisa quitándole importancia.
Mientras bailaba con su amigo, al que tuvo que sujetar varias veces para evitar que cayera en redondo, se puso a pensar en todo lo que había pasado con Natalia. Ahora se sentía motivada, y unas ganas tremendas de pintar habían renacido en ella. Y sabía que todo había sido gracias a la morena. Algún día tendría que devolverle el favor como era debido.
Natalia:
Habían pasado dos semanas desde la fiesta y todo transcurría con normalidad. Con demasiada, para lo que era ella. Había vuelto a ver a Alba en algunas ocasiones, pero siempre en grupo. La rubia estaba ya más animada, y en sus encuentros le había comentado que le había vuelto la inspiración para pintar y que sus profesores estaban muy contentos con su rendimiento. Y Natalia sólo podía alegrarse por la chica. Ciertamente, le encantaba verla felíz.
No obstante, no podía evitar sentir cierta frustración ya que la relación entre ambas no avanzaba, es decir, no iba más allá de una cordial amistad. Y ella quería más. Por otra parte, se sentía mal por desear algo más de Alba cuando esta tenía novio. Su cabeza era un puto caos.
Eso sí. Tenía que intentar aceptar el hecho de que Alba y ella quedarían como amigas y ya está.
Aquel día había decidido que se quedaría el día entero componiendo. Tenía que admitir que toda la inspiración que tenía venía de cierta personita rubia, ya había empezado a aceptar que la chica no abandonaría su pensamiento durante un tiempo, era crucial que empezara a asumir la realidad.
Estaba rasgueando las cuerdas de su guitarra para empezar a entonar la melodía de su nueva canción "Stupid Love Song" cuando el tímbre de su puerta sonó de forma repetida y constante. Con solo eso ya sabía perfectamente de quién se trataba.
Suspiró y con desgana se incorporó para abrir la puerta.
No se sorprendió al ver a Marta en el umbral. La chica parecía nerviosa y, de forma automática, se autoinvitó al piso.
-Tía, necesito tu ayuda urgentetísimamente._dijo paseándose de un lado a otro.
Natalia observó a su amiga con diversión mientras se sentaba comodamente en el sofá. Le encantaba ver a Marta más dramática de lo normal, era muy divertido.
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Mi Lugar eres TÚ (Albalia)
RomanceAlba siente un caos interno que es incapaz de controlar, Natalia ya hace tiempo que se ha cansado de no encontrar sentido a su existencia. Dos personas muy distintas y chocantes que cruzan caminos. ¿Qué pasará cuando el caos de Alba choque con la re...