Eres Mi Heroe [KatsuDeku]

Capitulo 8: Katsuki

Capitulo 8: Katsuki

El lugar era bullicioso. Los niños a menudo gritaban, chillaban, silbaban, y hasta cantaban, por lo que no era nada sorprendente que el ruido llegara hasta las personas que transitaban afuera. Así mismo, Masaru pudo ver a varias mujeres con uniforme verde tratando de hacer bien su trabajo, que consistía básicamente en cuidar de los niños. Aunque parecía ser un ardua tarea dada la cantidad de menores que había en el establecimiento.

Bakugo fue hasta una pequeña recepción en donde una joven chica atendía a los padres de familia. Se dió cuenta que no era la misma que lo atendió antes, pero no le tomó importancia. Estaba listo para tomar a su hijo e irse a casa. La joven rubia de dos trenzas largas le atendió enseguida. Masaru preguntó por su hijo.

—¿Katsuki Bakugo?

—Si— afirmó.

—Espere un momento— empezó a teclear el nombre del niño en la pequeña computadora que tenía a lado.

El castaño asintió. Mientras esperaba se dispuso a sacar efectivo de su billetera para pagar la estadía de su hijo en ese centro, pero la voz de la chica rubia le detuvo. Enseguida supo la razón.

—Mmh... Disculpe— titubeó la joven— Pero me parece que hay un inconveniente. El pequeño Katsuki ya fue recogido. Hace media hora aproximadamente.

—¿C-cómo?

Masaru pestañeó varias veces. No había un nombre exacto para la expresión de su rostro. Katsuki tenía que estar allí. Talvez era un error. Eso es, tenía que ser un error del sistema. Pero la joven chica insistía.

—Estoy segurísima, Sr. Bakugo. Una mujer rubia, de no más de treinta años, vino aqui y se llevó al pequeño. Dijo ser la madre y hasta presento su carné de identidad.

Masaru sintió ahora como todo el aire retenido volvía a sus pulmones. Así que fue Mitsuki quien se llevó a Katsuki despues de todo... Era un alivio. Por un momento creyó cosas sin sentido. Pero lo bueno era que no tenía nada por lo que preocuparse.

Iba a dar las gracias por las molestias y pasar a retirarse, pero algo detuvo sus acciones. Su corazón volvió a entumecerse cuando reparó en un detalle importante. Se dirigió nuevamente a la recepcionista.

—¿Hace cuando tiempo dice que lo recogió...?

—Hace más o menos media hora.

Confundido, Masaru sabía que eso era casi imposible. Mitsuki y el habían acabado con su conversación veinte o veintidós minutos como máximo antes de llegar al centro. Era imposible que Mitsuki se le hubiera adelantado y hubiera recogido a Katsuki antes que él. Por otro lado...

Su esposa le habría avisado que pretendía ir por el niño.

A menos que Mitsuki estuviera tan resentida con él por la conversación que tuvieron, que no le hubiera dado la gana de avisar. Eso tenía más sentido, dada la personalidad de su esposa. O...

¿Podría ser una broma de su esposa por lo del tema del divorcio?

No, no. Mitsuki podía ser cruel a veces, hasta un poco sádica, pero no haría algo como eso. O eso quería pensar...

Nervioso, le sonrió a la jovencita y pretendió actuar como si nada pasara por su mente. La rubia le miró extrañada pero no dijo nada. Masaru dió media vuelta y a cada paso que daba sentía los ojos claros de la chica clavados en su espalda.