Capitulo 2: All Migth

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CAPITULO 2: ALL MIGTH






Todo comenzó a la tierna edad de seis años. Pero aún a esa corta edad, Bakugo Katsuki ya había terminado de desarrollar su personalidad. Katsuki no tenía nada de tierno. Era un bastardo, y lo sabía. 

En esa época se hizo amigo de tres niños. Un gordo, un payaso y un inútil. Puede que le diera un poco de pena juntarse con ellos, ya que el creia que él era perfecto y muchas otras cosas más, pero con el tiempo comprendió que le encantaba ser el centro de atención. Le gustaba ser el líder, y que aquel pequeño grupo de niños terminaran considerándolo a él como a su rey, le gustó mucho. Le daba algo que hacer y elevaba al máximo su autoestima.

Pero algo pasó que lo cambió todo.

Algo que lo hizo odiar, casi profundamente.

Izuku, un niño sin carácter, torpe, tímido y sin gracia, se unió al grupo cuando éste se inició. Siempre pensó en el como un estorbo, ya que se la pasaba todo el tiempo llorando y lamentándose. Normal si descubres que no tienes super poderes. Pero de cierto modo, le recordaba mucho a su padre, y talvez por eso llegó a aceptarlo en el grupo como un aliado más. Así fue como Deku se hizo amigo de Katsuki.

Pasaron los días. Los cuatro niños se reunían cada día para ir al parque o a los videojuegos. Era muy divertido visitar esos lugares y más aún cuando All Migth ya se había vuelto famoso y revolucionaba al mundo con su estampa del símbolo de la paz que todo lo puede.

Bakugo lo admiraba. Era su héroe. Su ejemplo a seguir.

Y no tardó mucho en darse cuenta que el también quería ser un héroe parecido a All Migth. Ser reconocido por ello. Ganar a los villanos, ganar fama, prestigio, dinero...

Ganar se convirtió en su obsesión desde entonces.

Recuerda la primera vez que les contó a sus padres que de grande se convertiría en un héroe. Su madre no se lo tomó enserio y río. Su padre lo escuchó y dijo estar feliz por su decisión.

Y eso lo hizo enojar, porque él esperaba más entusiasmo por parte de sus padres. Él les decía que iba a ser el héroe número 1 algún día. Que llegaría a superar a All Migth. ¿Y eso era todo lo que recibía?

Que injustos los dos.

—¡No te rías de mí sueño, vieja!— gritó el pequeño Katsuki.

—¡Mira el tono con el que me hablas, Katsuki!

—Por favor, no peleen...— Masaru era un hombre sencillo, humilde y según Katsuki, con un carácter de mierda, pero era su padre y debía guardarle aunque sea un poco de respeto. Pero Katsuki solo era un niño, y no conocía muy bien el concepto de obediencia.

—¡Me callo cuando se me da la puta gana! —estampó su puño contra la mesa de madera.

—¡Te voy a quitar todos tus malditos juguetes, Katsuki! ¡Te lo advierto!

—¡No harías eso!

—¡Lo haré si sigues faltándome al respeto!

Bakugo de seis años no tuvo de otra que cerrar la boca.

Su madre se sentía satisfecha de darle pequeñas lecciones a su irrascible hijo, y Katsuki no entendía que lo hacía por su bien. Eso no quitaba que se sintiera humillado y frustrado. Contaba los días para hacerse más adulto e irse de casa de sus padres. Aunque en el fondo era lo que menos  quería. Solo buscaba un poco de comprensión y afecto, algo que su madre nunca le daba. Sus personalidades chocaban mucho. Y si decía algo malo, mínimo un comentario "inocente", se enojaba de inmediato y lo regañaba al mismo tiempo.

Por otro lado estaba su padre. Un hombre tímido y sin carácter que le recordaba mucho a Deku. A penas hace unos días había empezado a llamarlo así porque le gustaba mucho ponerle sobrenombres a las personas.

Katsuki comprendió que esa era la familia que le había tocado. Y lo acepto. De la mala gana, pero lo aceptó.


Sin embargo, hubo una época en la que se sintió muy solo. En la escuela, siempre trataba de llamar la atención con alguna travesura de mal gusto con ayuda de su super poder, y con la participación de sus tres amigos, pero eso no solía hacerlo sentir satisfecho. Así que empezó a molestar a Deku.

El inútil con pecas no se defendía y era divertido verlo levantarse y seguirlo como un maldito esclavo.

Además, estaba aburrido.

Claro que con el tiempo llegó a fastidiarle la pasividad del inútil, pero eso era otra historia.

A los siete años ya había perdido la cuenta de la cantidad de veces que había sido llevado a la oficina del director. También las veces que sus padres tuvieron que venir por una llamada telefónica acerca del mal comportamiento del pequeño Katsuki. Pero en fin, no le quedó de otra más que controlarse un poco. Lo que menos deseaba era ser expulsado y que su sueño de ser heroe se truncara o se prolongará aún mas.

Aún así siguió siendo malo con Midoriya Izuku, pero con una diferencia. Ya no lo hacía por diversión.

No, ya no. Todo lo contrario. Ahora lo hacía porque Bakugo Katsuki verdaderamente se había convertido en un bastardo sin corazón no compasión. Un bravucón sin remordimientos ni culpas.

***









Por razones externas, o eso creía él, sus padres empezaron a tener problemas.

Bakugo no entendía lo que pasaba con su padre, pero de pronto lucía mucho más avispado. Siempre había sido fácilmente manejable, pero algo había cambiado. Siempre que su madre y él (Katsuki) discutían, el hombre se quedaba callado y solo a veces interfería. Nada más.

Sin embargo, ahora se atrevía a levantar la voz para regañar a su hijo y a su esposa para que dejarán de meter tanto escándalo. Si eso no pasaba, simplemente se iba de casa sin decir a dónde iba y no regresaba hasta que la situación se hubiera calmado.







TBC

Eres Mi Heroe [KatsuDeku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora