Capítulo 45: Nosotros. (1/2)

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La canción de Charlie en multimedia define la situación de Joerick a estás alturas jé:).

— Menos mal que te encuentras bien, no cualquiera se ve tan radiante después de armar un espectáculo tan ridículo como el que te armaste ayer

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— Menos mal que te encuentras bien, no cualquiera se ve tan radiante después de armar un espectáculo tan ridículo como el que te armaste ayer.

Joel proyectó una sonrisa cansada y se metió un trozo de fruta a la boca, dándose el tiempo para masticarla y saborear el exquisito y empalagoso sabor que se desprendía de esta. Picó otro pedazo con el tenedor y le dio un sutil vistazo a su hermana.

— ¿Qué fue ridículo? — Su madre se llevó la taza de café a los labios, arrugando el ceño de forma inquisitiva, a la vez intentando formar una sonrisa. — ¿Sucedió algo? ¿De qué espectáculo hablas?

— Joel estaba ebrio y vino a cantarle y a traerle un ramo de rosas a nuestro empleado delante de medio mundo en la medianoche. Tuve que ayudarlo a subir y encerrarlo en su cuarto.

Su  madre palideció de inmediato y llevó la taza suavemente de vuelta al plato, intentando no alarmarse, mientras él seguía sonriendo de la misma manera que antes, todavía manteniendo su mirada indiferente y relajada en los ojos de su hermana.

— No fueron rosas exactamente.

— Oh, lo recuerdas bien...

— No tan bien, recuerdo solo lo que me interesa. Por ejemplo, tú no apareces en mis recuerdos, ¿dijiste que me ayudaste a subir?

— Por supuesto que te ayude a subir, idiota, ¿crees que el chico ese podría solo contigo? — La muchacha soltó una carcajada y siguió dándole sorbos a su jugo helado. — ¿Y a dónde ibas con ese ramo o en verdad, el alcohol te pone así de marica?

La mujer adulta dio un respingo y casi se atragantó con su propia respiración. Su rostro se encontraba ligeramente tenso y lucía un semblante demasiado ofendido.

— Basta, Oriana, ¿cómo puedes hablar así de tu hermano?

Joel le dio un trago a su vaso de agua y siguió con la expresión fresca de siempre, mientras veía ingresar a Erick, quien hizo una rápida reverencia antes de encaminarse hacia la mesa y recoger algunos de los platos y vasos desocupados.

— Déjalos ahí, Erick, los llevo yo. — Soltó, estampando su mano sobre la suya en un movimiento rápido y levantándose para arrebatarle los vasos tomados, mientras él se ruborizaba y solo lo observaba, abriendo los ojos como platos.

Su madre le echó una mirada de reojo, demasiado pálida y con los músculos del rostro totalmente tiesos, todavía haciendo un intento por regresar los labios hacia su desayuno. Joel se movió hacia la cocina y echó todo el cúmulo de platos y vasos acumulados en el lavadero, abriendo el grifo y dejando el agua caer antes de salir caminando detrás de Erick, que se había deslizado hacia el patio a pasos sumamente rápidos.

— Erick.

El muchacho se detuvo al escuchar su nombre y se volvió instantáneamente. Sus miradas se encontraron y este descendió los ojos hasta ubicarlos en un punto lejano; sus mandíbulas tiritaban y su garganta formaba un nudo invisible nuevamente.

Inocencia Pasional || JoerickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora