25 · Café y confesiones

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Después de 12 horas de entrenamiento me dirigía a casa. Estaba cansada, sucia y con mucha hambre.

El reloj marcaba unos minutos después de las 7, por lo que ya estaba casi obscuro. A pesar de que la primavera se acerca, el viento que corre por las tardes aún es fresco.

Cruzando el centro de Konoha me tope de frente con Sai. Rápidamente evite el contacto visual, ya que aún me apenaba por lo que paso en la madrugada.

- Hola - dijo al detenerse frente a mi.

- Hola - respondí con voz casi inaudible.

- ¿Estuviste entrenando?

- Si, ¿Cómo lo sabes?

- Intuición - dijo al tocar mi cabello y retirar una hoja de el. Rió dulcemente y al ver la hoja en su mano un ligero sonrojo apareció en mi rostro.

- ¿T-te ríes de mi? 

- No - Su cara se relajo y me miro con detenimiento - te vez tierna.

No supe que responder, pero sin duda también me sentía un poco más relajada.

- Iba a buscar algo para cenar - sonrió de lado y se llevo su mano derecha a la nuca - ¿Quieres venir?

- Yo... no tengo mucha hambre - los ruidos de mi estomago me delataron y Sai volvió a reír. Yo solo me limite a sonreír mientras permitía que un color rojo intenso se apoderara de mis mejillas. - Es decir... aceptaría pero vengo de entrenar, estoy sucia y cubierta de sudor.

- Yo creo que te vez hermosa.

El carmesí de mis mejillas incremento. No podía tener una cita estando sucia y desalineada, sin embargo, no deseaba rechazar su invitación.

- Esta bien, pero yo escojo el lugar - tome la mano de Sai y corrí hacia una pequeña cafetería que se encontraba muy cerca de donde estábamos.

- Nunca había venido aquí - dijo el azabache una vez que tomamos asiento.

- Lo descubrí junto a Sakura hace poco - sonreí - El café es muy bueno y el ambiente es muy agradable para platicar.

- ¿Les puedo tomar la orden? - preguntó una joven con cabello castaño y grandes ojos grises.

- Si - miré como la chica se sonrojaba. Aclare mi garganta para llamar su atención y al hacerlo le sonreí con falsedad - Quiero un capuchino y una porción grande del postre más rico que tengan.

- ¿Y usted Joven?

- Solo un capuchino - le sonrió 

- Bien, mi nombre es Hana, estaré a su servicio - la chica le guiño el ojo y se fue por nuestra orden.

Sai estaba sonriendo hasta que miro mi cara de desagrado.

- ¿Pasó algo? Puedo hablarle a Hana-san si gustas...

- ¿Y yo para qué la quiero? - me cruce de brazos. 

- Solo decía...

Suspiré e intente tranquilizarme. Después de varios días desperdiciados, tenía la oportunidad de volver a salir con el chico que me gusta. ¡Obviamente una meserucha no va a arruinarlo!

Estiré mi mano para tomar la de Sai y le sonreí para que entendiera que estaba bien.

- Lo siento, solo estoy un poco cansada - El azabache apretó mi mano y me sonrió de lado.

- Aquí esta su café - dijo la castaña mientras tambaleaba la tasa. Sai soltó mi mano para ayudar a la joven - Oh, muchas gracias.

- No es nada - la joven hizo una pequeña reverencia y se marcho.

¿Es enserio?

Sai me paso con cuidado la tasa, unos minutos después regreso la chica para dejarme un gran trozo de pastel de chocolate.

- Gracias - dije sin verla.

- Este es para usted - dijo Hana entregando una rebanada a Sai.

- Yo no pedí... 

- Lo se, es de mi parte por haberme ayudado - la chica le sonrió y sus mejillas se pintaron de carmín.

- Que amable - dijo Sai.

- Que molesta - pensé.

- ¿Puedo saber su nombre?

- MI NOVIO se llama Sai - le sonreí - ¿Te interesa saber el mio también?

- ¿Novio? - preguntaron Sai y Hana al mismo tiempo y yo solo asentí con naturalidad.

- Disculpen, disfruten la noche - la joven hizo una reverencia y se marcho.

Yo tome un sorbo de aquel capuchino mientras dentro de mi sostenía la sonrisa victoriosa más grande del mundo.

- No sabia que somos novios - dijo Sai mientras tocaba pensativo su barbilla.

- No lo somos, Sai - susurré - pero el interés de esa mujer en ti ya estaba comenzando a fastidiarme.

- ¿I-interés? - el azabache abrió mucho los ojos y su semblante era de confusión absoluta.

- Si, bueno, llámalo celos o como gustes - tome un poco de pastel.

- ¿Te molestaste por que Hana-san pregunto por mi nombre? - Asentí mientras masticaba - Pues es algo sin sentido, ni siquiera le tome importancia.

- ¿Sin sentido? - lo mire fijamente con notoria molestia - Se nota que le gustaste, Sai.

- Por lo menos no me llamo belleza - me reto con la mirada.

- ¿De que diablos estas hablando? No necesita decirte que eres atractivo ya que eso se nota a leguas.

- ¿De qué hablo? - Cerro sus ojos y respiro profundamente. Al abrir los ojos prosiguió - Pues cuando Kiba te llamo "Belleza" me moleste por dos motivos. Primero, Es un apodo cariñoso que escogí para ti con el propósito de tener lazos de amistad mas sólidos. Segundo, ningún hombre-perro le dice así a la única mujer que a podido causar en mi sentimientos que no conocía antes.

- S-sai... tu...

- Bueno, Naruto me explico muchas cosas que yo había pasado por alto. Me contó lo que Hinata-san le hace sentir y como descubrió sus sentimientos hacia ella. Mientras él me hablaba de sus sentimientos yo solo pensaba en ti y en como me siento a tu lado.

- Sai... - Tome su mano y le sonreí.

- Entonces creo que no estaba molesto contigo por salir con alguien más, solo sentí celos de Kiba, celos de que él me alejara de ti.

- Eso no va a pasar, baka - apreté su mano - El único hombre con él que quiero salir, eres tu.

Listo, lo dijimos. Sai había respondido a las dudas que tenia ayer y dijo más de la cuenta, ya que inconscientemente me confeso lo que siente por mi.

- Entonces... ¿Que se hace después de confesar tus sentimientos? - un pequeño sonrojo iluminaba su pálida piel. 

- Supongo que tienes mucho que investigar en la biblioteca.

Ambos reímos y proseguimos con nuestros alimentos, sin duda, la velada pintaba para ser inolvidable.

* * *

askasjklsjkl hasta yo me emocione.

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