LA PROMESA 🌸 SAIINO

27 · Regalo

Yo seguía resguardada en los brazos de Sai. Ninguno decía palabra, pero no era incómodo, al contrario, sentía que él podía saber mis pensamientos y predecir cualquier movimiento que yo hiciera debido a la gran conexión que sentía. Sin duda alguna, algo hermoso y diferente.

Levanté mi rostro para encontrarme con el suyo, como imaginé, el bajo su cara para que pudiese verlo mejor.

Nuestras miradas se cruzaron y nuestras respiraciones se mezclaron.

Me acerqué despacio a él y le di un pequeño beso en la comisura de los labios.

- De verdad, muchas gracias por estar aquí.

- Para eso somos los amigos - Me dedico su típica sonrisa falsa pero con un leve carmesí en sus mejillas.

Hice mismo. Después Sai se aparto de mi y se levanto del césped, me tendió la mano para ayudarme.

- Hola - se escuchó la dulce voz de una niña.

- Hola, Mirai-chan - puse mi mano sobre su pequeña cabeza y sacudí su cabello. Kurenai nos miro a Sai y a mi y nos dedicó una sonrisa, que desde mi perspectiva parecía una forma de ocultar su tristeza.

- ¡Vinimos a visitar a papá! - grito con alegría la pequeña.

- Pon las flores en el florero - Sugirió Kurenai a su hija, pero al ver las rosas rojas palideció.

- Que hermosas rosas rojas, me traen muchos recuerdos - la castaña se llevo una mano al rostro para retirar sus lágrimas.

- Lo siento, son las que siempre compraba y me nació traerlas.

- No te disculpes, Ino - Sonrió de lado y después se acercó a la pequeña Mirai para ayudarla a colocar bien las flores.

- Démosle privacidad - susurré a Sai. Pasaron unos segundos y él no dejaba de ver la escena, por lo que tome su mano y lo jalé para traerlo conmigo.

Salimos del panteón en silencio.

Nuestras manos seguían unidas, hasta que lo note y la solté. Sai me miró desconcertado pero no comento nada.

- Debo ir a revisar como va el equipo 15 con su misión de hoy.

- Bien, yo iré a la biblioteca - sonrió de lado - tengo que seguir con mi investigación.

Sonreí al recordar cual era esa investigación. Comencé a caminar con rumbo a la torre hokage, al dar ya bastantes pasos y mientras caminaba volteé mi cara hacia el azabache y lo descubrí mirándome. Yo le sonreí de nuevo al ver su rostro un poco sonrojado y me despedí con la mano, después volteé hacía delante de nuevo para seguir mi camino.

El resto del día siguió ajetreado, después de supervisar la misión del equipo 15, organice el papeleo para que pudieran hacer el examen chunin, después de eso fui al hospital a surtir algunas hierbas medicinales.

- Ino, ¿Ya te vas? - se acercó mi mejor amiga ya cuando estaba a punto de salir.

- Si, debo regresar a la florería - puse los ojos en blanco.

- Me quedan 20 minutos para terminar ni turno, ¿Me esperas y vamos a buscar nuestro regalo para la boda?

- Ya lo había olvidado - puse mi mano en la frente al recordar que falta menos de tres semanas para entregar nuestro regalo - Si, está bien.

- Bueno Ino puerca, no me tardo - me saco la lengua y se dio la vuelta para regresar a la habitación de su paciente.

Yo me encaminé a la sala de espera y me senté en una de las bancas para esperar a Sakura.

Al pasar los 20 minutos volví a ver a la pelirosa, fuimos a comer dangos y después pasamos por varias tiendas en busca de el regalo perfecto.

- ¿Ya miraste ese vestido rojo? - apuntó Sakura hacia un maniquí.

- Es hermoso - dije al verlo.

- Es mio, yo lo vi primero - Sakura corrió hacia la tienda y yo la seguí, lo que comenzó como una búsqueda de regalo se convirtió en una búsqueda de nuestro vestuario para la boda.

Tomamos varios vestidos y nos medimos, para al final terminar comprando todo lo que nos gustó. Al salir de la tienda cada una llevaba varias bolsas.

- ¿No te sientes culpable? - preguntó Sakura alzando las bolsas.

- No - le sonreí - aún tenemos tiempo para el regalo, los vestidos en oferta no estarán ahí siempre.

- Tienes razón - rió la pelirosa.

- ahí está la tienda de armamentos ninja, ¿entramos para ver si hay algo? - sugerí y Sakura asintió.

Ya en la tienda miramos varias cosas que podrían gustarle a la pareja pero nada captaba realmente mi interés.

Sakura revisaba por un lado y yo por el otro, yo seguía mi camino revisando todos los estantes con detenimiento hasta que mis ojos se clavaron en un hermoso marco para fotos.

- Este tiene que ser - pensé. Volteé a ver a Sakura quién seguía revisando por su lado.

Quería pedirle opinión pero no tenía dudas de que era el regalo perfecto. Revisé mi cartera y me di cuenta de que no traía el dinero suficiente para pagarlo.

- Maldición - dije en voz baja.

- ¿Pasa algo? - dijo Sakura acercándose a mi.

- N-no, es solo que ya debo regresar a la florería, es obvio que no hay nada aquí - dije intentando tapar el marco con mi cuerpo.

Sakura miro tras de mi con interés, pero no hizo comentario y se encaminó a la puerta y yo la seguí.

Caminé rápido a la florería para ir por más dinero, Sakura parecía tan apurada como yo, por lo que el regreso fue en silencio.

La florería está antes que la casa de Sakura, así que me despedí con la mano  después corrí a la bodega de la tienda.

- ¿No tenías que estar aquí desde hace una hora? - me riñó mi madre.

- Estaba ocupada - contesté mientras buscaba la caja con mis ahorros.

- ¿Ocupada comprando ropa?

- Mamá... - la miré mientras hacía un puchero. Regresé mi vista a mi objetivo y saqué todos mis ahorros y los guarde en mi cartera- esto es importante, te lo juro.

- Parecías desanimada en la mañana, y ahora estás malgastando tu dinero... - Se llevó una mano a la cien - ¡Eres impredecible!

- Bueno... alguien me ayudó con mi ánimo - me sonroje.

- Alguien... ¿Como Sai? - levantó una ceja.

- Ino ¿Estás aquí? - se escuchó la voz de Shikamaru desde afuera y yo agradecí mentalmente que mi mejor amigo me salvará de un interrogatorio peor que los de Ibiki-San.

- Adiós - le di un beso en la mejilla a mi madre y me asome por la cortina que divide a la tienda de la bodega - ¿Qué quieren? - dije al ver a mis mejores amigos.

- ¿Recuerdas la misión que nos dio Kakashi-Sama? - contestó Shikamaru.

- Por supuesto, ¿Que pasa con eso? - me acerqué para escucharlos mejor.

- Pensé que podríamos reunirnos para pensar en algo.

- ¡Que lástima! Yo ya encontré algo que les encantará, justo iba a ir a comprarlo - presumí.

- ¿Dónde está? ¿Podemos acompañarte? - preguntó Shikamaru.

- ¡Claro que no! Nada de copiarme la tienda, piensen ustedes solos - empuje a mis amigos por los hombros para darme paso y salir corriendo de la florería - Suerte, ¡Nos vemos!

Seguí corriendo sin ver atrás, si paraba probablemente Shikamaru sería capaz de atraparme y obligarme a ayudarlo, además, no podía perder el tiempo en eso y dejar ese marco disponible para que alguien más lo compre.