Loving and Shipping

Introducción

—John, espera— pidió Lafayette cuando su amigo estaba a punto de salir de su casa— ¿Puedo preguntarte dos cosas?

John volteó a verlo y se acercó a donde el francés.

—Claro, llevas una—respondió con una sonrisa un tanto burlona.

—Oh, mierda. Verás...

Al ver que su amigo tardaba en formular la pregunta John se sentó y esperó paciente.

—Pareciera que me interrogarás sobre un asesinato—dijo soltando una risa nerviosa.

—Oh no mon ami — Gilbert, más tranquilo, aclaró—de hecho no es nada serio o importante, se trata solo de curiosidad. Mon ami, ¿eres gay?

John sintió su corazón detenerse por un segundo. En tan solo un momento pensó mil cosas. Podía confesarse, podía mentir o podía reírse de Lafayette y preguntarle de dónde sacaba esa deducción. También pensó en qué lo habría delatado, si tal vez era muy obvio y temió por su vida si su padre se enteraba.

Rápido se tranquilizó y mentalmente preparó su respuesta mientras soltaba una carcajada a la cara de su amigo.

—¿No recuerdas que estuve con Martha?— soltó una risa nerviosa—Y ¿cuál era tu segunda pregunta?—dijo queriendo cambiar el tema lo más rápido posible.

Lafayette ya con una sonrisa en su cara y un aire más burlón se sentó en una silla frente al pecoso.

—Oh bueno, ya no tiene sentido, iba a preguntar si te gustaba Alexander, ya sabes, por las miradas que le das— dijo inclinándose hacia el frente— Por como has estado actuando a su lado, por...

John dejó de escuchar. Creyó que explotaría en ese mismo instante, se sintió volver rojo y observó sus extremidades temblar. Con pánico y un tanto de odio miró a su amigo llenándose de preguntas, ¿cómo era que Lafayette, alguien externo podía con solo mirar un poco darse cuenta de lo que a él le tomó tanto tiempo asimilar? ¿Qué pasaría si alguien más lo notaba? ¿Por qué ese francés en menos de cinco minutos le había hecho ver que sabía sus dos únicos secretos? ¿Le diría Gilbert a Alexander? ¿Y si Alex dejaba de ser su mejor amigo?

¿Qué haría sin Alexander?

Se asustó y volteó a otro lado mientras movía sus pies con nerviosismo.

Si no tuviera a Alexander, ¿Qué sería de él?
Estaba consiente de que ese tipo de pensamientos eran tóxicos y que a la larga solo se encargarían de hacerle daño pero no podía evitarlo. Con el simple acto de sonreír, Hamilton tenía a John a sus pies, lo ponía fuera de combate. Incluso el pensar en su amigo lo dejaba fuera de sí; lo sabía aunque por un tiempo se lo había negado, no podía hacer nada al respecto.

Alexander Hamilton lo había conquistado a pesar de su frialdad.

Seguía con su pánico interno cuando se dió cuenta de su gran error. Había tardado demasiado en responder, su lenguaje corporal lo delataba y la burla de Lafayette había pasado a una cara sería para poco después convertirse en una sonrisa de emoción.

—Mon dieu. ¡Lo sabía! ¿Se lo has dicho ya? ¿Piensas decirle? Tengo que contarle a Herc...

—No— John volteó rápido y Lafayette pensó (erróneamente cabe recalcar) que su amigo podría llorar en cualquier momento así que se levantó para sentarse a su lado y pasarle un brazo por encima del hombro.

Laurens no quería llorar ni nada parecido a pesar de que su cara expresara lo contrario. Él solo se sentía algo angustiado y nervioso pero aún así, apreciaba el gesto de su amigo.

—Hey, sabes que todo va a salir bien, lo conquistarás y serán felices juntos— ambos rieron de forma ligera ( John un poco forzado). Gilbert se levantó y exagerado una pose heroica volvió a hablar— Y yo me encargaré de eso.

"Oh, mierda"
John sintió esperanzas... Y pánico.