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V:Abrazos

Durante todo el domingo no se vieron, pero si hablaron bastante por teléfono, principalmente de cosas que cada uno había leído por su cuenta.

"Somos unos nerds"

Así, el domingo se pasó rápido.

El lunes se sentía pesado. Casi nadie en la escuela -como ya era la costumbre- parecía haber descansando lo suficiente y John claramente no era la excepción.

Recordó las palabras de Martha y esperanzado se decidió a llevar a la práctica su consejo, trataría de dar más muestras de afecto a Alex y esperaría que este se las regresara.
La primera fue obviamente al encontrarse, cuando se saludaron con un abrazo un poco más largo que los usuales.

Con el simple hecho de estar cerca de Alexander, el corazón de John latía desenfrenadamente, sus piernas flanqueaban y su cara se teñía de rojo, cosa que era disimulada en parte por sus pecas.
Laurens puso su peso sobre Alexander y trató de hacer el abrazo eterno pero el recordar que estaban en un pasillo transitado de la escuela le hizo separarse.
Aunque generalmente no le importaba para nada la imagen que los demás alumnos tenían sobre él, sí que sabía que aunque lo negase, Alexander estaba paranoico sobre cómo lo percibían. Aunque esto le pudiese parecer sumamente irritante con otras personas, con Alexander de alguna forma lo entendía y le agradaba, sentía que era parte de él y ya y que por tanto, no era necesario cambiarlo pero esperaba que en cierto momento, llegase a hacer excepciones con él.

Para el desayuno que llegó rápidamente, John se apuró en ordenar sus cosas y evitó a maestros y alumnos para así comer mejor y de paso aprovechar el tiempo con Hamilton. Llegando a la cafetería se sentó a un lado de Alexander -quien al parecer también estaba temprano-. Comió un poco y se quejó de su falta de sueño recostándose en las piernas de su amigo, al inicio viéndole a la cara y después con los ojos cerrados.

Comenzó a sentir su cabeza siendo levemente masajeado la junto con su cabello, pensó en entreabrir los ojos pero prefirió limitarse a mantenerlos cerrados y disfrutar de las caricias proporcionadas por Alexander. Su corazón parecía volverse loco pero eso poco le importaba.

Se mantuvo así un largo rato, llegando a un punto donde no estaba totalmente despierto pero estaba consiente de lo que pasaba a su alrededor. Escuchaba a Lafayette y Hércules hablar pero en todo el tiempo que llevaba recostado, no había escuchado a Alexander hablar más que para responder algunas preguntas de sus amigos. Él que apreciaba el silencio, deseaba ya oír a Alexander decir cualquier cosa.

Entreabrió los ojos cuando escuchó una voz femenina.

—Hola Alexander.

No tenía una buena visión de la chica pero concluyó que se trataba de la mayor de las Schuyler al reconocer una tez morena y un cabello enrulado.

—Hola.

Se movió en las piernas de su amigo para después volver a su posición inicial, ansioso de lo que pudiese pasar.

—Debí haber traído a Burr—se quejó Lafayette en voz baja.

—¿Crees que pudiésemos hablar a solas?

John hizo una mueca al imaginar en qué podría terminar el asunto, por unos segundos se sintió desesperanzado pero se esforzó en recordar las palabras de Martha que hasta el momento le habían servido más que las recomendaciones de Lafayette.

—Creo que tendrá que ser después, ahora mismo estoy algo ocupado, tengo que estudiar para el concurso de cultura general.

Si mal no recordaba, la señorita Schuyler también estaba dentro del concurso y no dudaba en que era una fuerte competencia para Alexander.

Loving and ShippingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora