I

1.5K 142 333
                                    

I: Lafayette ataca

John Laurens no se caracterizaba por pensar dramáticamente en el futuro o en las consecuencias que tendrían sus actos, por eso mismo era más bien alguien un tanto impulsivo. Sin embargo, después de haber hablado con Lafayette el día anterior, no había podido dejar de fantasear con lo que podría cambiar en su relación con Alexander.

Gilbert había hecho que sus esperanzas, (que se habían mantenido inexistentes) crecieran y crecieran, manteniéndolo de un extraño y exagerado buen humor a lo largo de las clases.

Esto podía ser fácilmente notado en sus libretas donde tomaba apuntes de cada clase. Los días, semanas y meses anteriores se había dedicado a dibujar únicamente plantas y animales, quizá unas pocas chicas, los apuntes de ese día, en cambio, estaban plagados de la cara de Alexander y su nombre estaba garabateado en la orilla de cada pagina que ocupó. También se había dibujado a sí mismo con él. Por un momento tuvo miedo de que sus maestras y maestros los notaran cuando revisaran las libretas pero rápidamente desechó esos pensamientos, después pasaría en limpio sus trabajos y además le serviría para repasar los temas a los cuales le había prestado poca atención por estar dibujando. Un extraño optimismo.

A la hora del almuerzo se dirigió a la mesa donde se sentaba con sus amigos regularmente y los buscó con la mirada. Vio a Lafayette y a Hércules entrar a la cafetería platicando y después encontró a Hamilton formado en una larga fila para recibir su comida.

Laurens se sentó y mientras sacaba su comida de una pequeña mochila -a la cuál se negaba a llamar "lonchera" aún sabiendo a la perfección que eso era- observó a los grupos de gente en el lugar. Siempre le había parecido curioso como todos esos grupos eran tan distintos entre sí.

Miró a tres hermanas, destacadas por su belleza y sus marcadas diferencias entre ellas mismas. La mayor tan inteligente, la segunda tan amable y la menor tan... ¿única? ¿Divertida? No sabía qué adjetivo quedaba mejor con Margarita pero era consiente de que le caía muy bien aún habiendo hablado con ella en contadas ocasiones.

Sin saber porqué las siguió viendo reír y voltear a la fila de la cafetería. Vio cómo la mayor tomaba del brazo a otra dejando a Margarita riendo en su lugar. Le pareció curioso que se dirigieran a la fila para comprar comida cuando ellas siempre llevaban comida ya preparada -como el-.

De un momento a otro, todas las fantasías y esperanzas que había estado acumulando entre el día anterior y ese se desvanecieron. Una de las chicas -y él estaba seguro que se llamaba Eliza- estaba muy sonrojada mirando hacía abajo y la otra iba a donde se encontraba Alexander, que se paraba como si las estuviese esperando, viéndolas con una sonrisa en cara.

Después de todo, ambas eran unas bellezas.

Frunció el ceño y bajó la mirada pareciéndole imposible seguir mirando cuándo escuchó a alguien gritar.

—¡Alexander!

Entonces, por puro instinto volvió a mirar.

Lafayette corriendo se interpuso entre las hermanas y Alexander, luego lo empujó de la fila al lado contrario de las chicas, como queriendo poner más distancia entre ellos.

Gilbert le dijo  algo y luego señaló a la mesa dónde estaba John.
Este, sin saber muy bien por qué, levantó la mano. Hamilton comenzó a caminar a donde este se ubicaba con una cara un poco extraña. Llegó y se sentó frente a John.

—¿Qué pasó ahí?—Preguntó Laurens con una timidez que lo sorprendió hasta a él mismo. Se maldijo mentalmente pero se tranquilizó cuando pensó qué tal vez su amigo no lo había notado.

Loving and ShippingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora