XI:Salida

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John Laurens era una persona inteligente, o por lo menos eso le repetía Alexander todos los días.
Siendo una persona tan inteligente, sabía que muchas personas lo consideraban frío, cortante e incluso arrogante, por eso su corazón empezó a latir más rápido al escuchar las características de la persona que le gustaba a Alex.
Si bien era cierto que se había sentido identificado, también pasó por su mente otra persona. Una persona inteligente, amiga de Hamilton y que a su parecer era muy altanera: Angelica Schuyler.

Estaba seguro que en el fondo era una maravillosa persona, y sin embargo cada vez que su nombre era mencionado o aparecía en su cabeza solo tenía un pensamiento.

"That bitch"

Y cada vez que lo tenía, se sentía peor consigo mismo, porque Angelica Schuyler nunca le había hecho nada malo, ni a él ni a sus amigos. Incluso había ganado puntos a su favor al abofetear a Thomas Jefferson, alumno que se encontraba de intercambio en Francia.

Angelica no era culpable de nada, más que de ser una belleza, inteligente y carismática. Y ese era el problema.
Hamilton era una persona coqueta y enamoradiza y Angelica gustaba de él.

"Esa pista no me sirve, yo no le hablo a muchas personas."

Una media mentira.

Podía sentirse identificado pero el tener esa información no cambiaba mucho.

"¿Y qué hago ahora? ¿Debería darle otra pista? ¿O debería pedir más pistas?

John le miró achicando un poco los ojos, acto poco perceptible debido a la ausencia de luz en la habitación.

—¿Es alguna de las Schuyler?— preguntó rápidamente, casi aguantando la respiración.

Alexander soltó una pequeña risa.

—Nop...

—Creía que Eliza y Angelica llamaban tu atención... Aunque solo Angelica encaja en la pista que me diste.

"Eliza es muy linda y amable. Quizá demasiado."

Hamilton se movió en su lugar, acercándose un poco a Laurens.

—Eliza es linda— John sintió la decepción y los celos acercándose a él — y Angelica igual.

Esperó que terminara su oración pero no lo hizo.

—¿Y?

—Todas las chicas son lindas.

—Veo porque el gato tiene tu nombre...

—Pero no estoy interesado en ellas.

John abrió los ojos un poco. Algo. Bastante. Demasiado.

—Oh

Mil ideas pasaron por su cabeza, ¿qué objetivo tenía esa frase? ¿Realmente significaba lo que él creía o solo estaba sobre interpretándola con toda la paranoia que le caracterizaba? Porque, ¿acaso Alexander Hamilton acababa de decir que no estaba interesado en la chicas? Eso no podía ser cierto, ¿era esa una salida del armario?

Alex pareció darse cuenta de su silencio y se apresuró a hablar.

—No me mal entiendas... me refiero a qué hay una persona que en verdad me gusta mucho y no deja espacio para que me interese en cualquier otra persona.

"Oh, no era una salida..."

—¿Ah, si?

—Las demás chicas son lindas, pero esta persona es preciosa.

Nuevamente, la desilusión se hizo presente junto con las dudas.

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