II

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Después de un rato en el cuarto de su amigo, los nervios se fueron lentamente del cuerpo de John, este, molesto consigo mismo, se atacaba internamente por el simple hecho de haberse sentido nervioso.

"No seas idiota, has estado aquí mil veces y has estado solo con Alex dos mil"

Tardaron bastante en ponerse de acuerdo en la información que incluirían en su presentación, parte de esto se debía a su facilidad para desviarse de los temas principales y acabar riendo por cualquier cosa.
Cuando se dieron cuenta de que no habían hecho nada, acordaron no irse más por las ramas y concentrarse en su trabajo. A partir de ahí avanzaron mucho.

Si John había corrido al lado de Alex no solo se debía a que era su mejor amigo o la persona que le gustaba. Claro que eso jugaba un papel muy importante porque deseaba disfrutar su trabajo y la compañía que eligiera pero aún así, otra razón era la inteligencia que su amigo poseía. Cualquier idea propuesta por Alexander le parecía perfecta a John, tanto que en determinado momento se cuestionó si eso era por su enamoramiento al chico o porque en verdad sus ideas no tenían ninguna imperfección.

Al tener el trabajo casi terminado, John se despidió y se dirigió, con cierto retaso a su clase de piano. No es que fuera un amante de la música pero sus padres insistieron en que tomase algunas clases extras y el, influenciado por la serie que mantenía su atención en ese momento eligió piano. ¿Se arrepentía? Quizá un poco. Esperaba impaciente el fin de año para poder cambiar la clase y entrar a algo relacionado con dibujo o pintura que era algo que en verdad le apasionaba.

El tiempo pasó lento en su clase así que en cuanto llegó la hora, huyó de el lugar y se dirigió a su casa.

Al entrar, se encontró con sus hermanos jugando en la sala con su padre y a su madre leyendo en el comedor, quien saludó efusivamente.

—Por cierto, Gilbert está en tu habitación, llegó hace unos minutos y le pedí que te esperara ahí.
John asintió y corrió a su habitación, encontrando agradecido todo en su lugar y a Lafayette texteando.

—¡Jackie!—se burló viendo a John rodar los ojos—Bueno, ¿Cómo te fue con Alex? ¿Ya son novios?

Laurens se limitó a verlo mal pero ese era un acto tan común en él que Lafayette ni se inmutó y prosiguió.

—Oye, no van a llegar a nada si se limitan a ser amigos y fingir que no sienten nada el uno por el otro.

—Me gusta ser su amigo...

—¿Y no quieres ser su novio?—interrumpió—Mira, estuve pensando...

—Wow.

—Cállate, estuve pensando lo obvio que es que se gustan pero ninguno da ningún paso por miedo a arruinar su amistad... Y no, no la van a arruinar—agregó al ver la mueca de su amigo.

—¿Crees que le gusto a Alexander?

Lafayette dudó, pero se apresuró a contestar.

—Claro, solo qué tal vez no lo sabe... Pero hey, olvida eso. Tenemos que hacer que se dé cuenta que te ama y no puede vivir sin ti. ¡Tengo muchas ideas! Algunas son opuestas entre sí pero para eso vine, necesitamos hablar.

—Habla tú, yo te escucho—dijo al tiempo que sacaba de un cajón una libreta y colores.

—Ok, opción número uno: coquetearle.

—No, eso sería incómodo—dijo sin levantar la vista de su dibujo.

—Opción dos: ignorarlo.

John levantó la vista de su libreta.
—Absolutamente no.

—¿Por qué? Así te va a extrañar y se dará cuenta de que te ama...

Loving and ShippingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora