III

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III:Mágico

John casi corrió a su salón cuando se dió cuenta de su impulsividad, exageración y dramatismo al huir de la cafetería.
"No fue nada. Idiota, idiota, idiota"

Entro a su salón por mera suerte segundos antes de que su maestra llegara y se situó en su lugar bajo la mirada de burla -o tal vez desaprobación- de Lafayette.

—Eso fue estúpido.

—Disculpa, nunca había coqueteado en mi vida.

—Eso no. El coqueteo fue malo pero no para tanto. El salir corriendo, eso se vió raro. Tienes suerte de que Alex estaba tan confundido que ni se enteró. Exageraste por mucho.

John hizo una mueca, asintió y volteó a otro lado.

Su maestra dió la indicación de reunirse por parejas para acabar con su exposición pero ellos al tener el trabajo casi terminado, pasaron gran parte del tiempo hablando, ignorando el penoso intento de coqueteo del mayor, lo que brindó a este la seguridad necesaria para seguir intentándolo bajo la idea de que su amistad era ya muy fuerte como para acabarse por una tontería como esa. Sabía que si Alex se incomodaba, se lo mencionaría y seguirían igual que antes. No le apasionaba mucho esa idea pero obviamente la prefería ante perder su amistad.

—¿Qué quieres para tu cumpleaños? Es el siguiente viernes...

"Te quiero a ti guapo... No, eso no"

—No lo sé. Pensaba en ver películas contigo... ¡Y con Laf y Herc! De todas formas, podemos estar despiertos hasta tarde en viernes.

Alexander sonrió.

—¿En tu casa?

—Claro.

Cuando la maestra se acercó para supervisarlos, comenzaron a practicar lo que dirían en su exposición. Se mantuvieron haciéndolo hasta que la clase acabó.

—Por cierto John... ¿Quieres ir al cine el sábado?

John, entre desconcertado y emocionado asintió rápido con la cabeza.

—Claro, ¿qué quieres ver?

—Uhm, no lo sé. Hércules me comentó de una película de terror nueva.

John se golpeó mentalmente. No le estaba preguntando por una cita, sino por una salida de amigos que por supuesto incluiría a Herc y Lafayette.

—Me parece perfecto— dijo con una sonrisa en su cara que nada tenía que ver con la decepción de sus pensamientos.

Acordaron la hora y procuraron prestar atención a la siguiente clase, y a la siguiente, y la siguiente.

A la salida de clases, John estaba notoriamente feliz. Fue a su clase de francés y sintió que esta no duró nada.

Al llegar a su casa saludó a su padre y madre y fue a encerrarse a su habitación para comenzar a dibujar. Su cuaderno, que estaba casi lleno de plantas y animales comenzó a tener dibujos de humanos.
Se detuvo cuando recibió un mensaje de Alex preguntando si estaba en su casa, de inmediato respondió afirmando esperando ya lo que se le preguntaría.

"¿Te molestaría si voy un rato?"

"Para nada"

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