Diario de una chica Asperger. ©

36. Motivos por los que dejé cosas importantes.

Fui a muchísimas cosas a lo largo de mi corta vida.
Empecé a ir a danza, luego a canto, teatro, gimnasia artística, zumba, básquet, natación, interminables deportes o aficiones que simplemente las dejé por estupideces.
Danza: lo dejé porque odiaba las miradas despectivas de mis compañeras, el hecho de no sentirme suficiente y ser un bicho raro.
Canto: odiaba que la profesora quisiera hacerme llegar a notas que para alguien con voz contralta como yo es muy difícil, además iba un chico que me acosaba todas las clases.
Teatro: una vez hicimos una escena en la que yo debía hacer de una chica que se iba a casar, el chico me daría un beso en la mano pero me dio demasiada pena y vergüenza.
Gimnasia artística: otra vez me sentía inferior ante mis compañeras.
Zumba: odio las miradas, ¿ya lo he dicho?
Básquet: me juzgaban cuando me equivocaba en algún tiro o pase.
Natación: un chico me tocó el trasero y lo acusé con mi mamá por pervertido.
Todas esas cosas y más, las dejé por miedo, todas relacionadas a la gente y la corta relación o simpatía que tengo con ellos.
Este año empecé canto y me fue mejor que nunca. También había empezado básquet, pero cuando el profesor elevaba la voz porque mis compañeras picaban las pelotas y no se escuchaba nada, yo sentía como que me gritaba o me trataba de una estúpida que no sabía nada, una vez me fui llorando. Soy demasiado sensible para gente tan estricta y superficial. Y eso que el básquet se me daba muy bien, pero rodeada de gente presumida, orgullosa, superficial y 100000% dramática no puedo.