-¡Ya ____, muévete!- grito Bob desde la planta baja del orfanato -¡La familia de Los Robert no te estará esperando una eternidad.
-¡Pues si me adoptaron fue por algo¡- grite desde arriba –¡Mira, apenas me estoy saliendo de bañar…No tardare!
Bob era quien se me había hecho cargo de mí mientras pasaban los tiempos en los que me buscaban una familia. Él era el coordinador de búsquedas de familia para jóvenes de 14 a 18 años, pero me había cuidado a mí desde que tengo uso de razón. Era como el hermano mayor que siempre desee.
Estaba enrollada en la toalla de baño cuando llegó un mensaje a mi celular, era Harry, un amigo del orfanato quien había sido adoptado el año pasado.
Harry: Hola pequeña…me enteré que vienes para Londres
_____: Si, con los tales “Robert”. Pero ni te hagas ilusiones que no creo que nos vayamos a ver pronto, Londres es muy grande
Harry: Si, ya se, pero te puedo ir a visitar. Bueno, cuando llegues me avisas mounstro
_____: Claro rizado, te cuidas y después hablamos
Avente el celular a la cama y me vestí tranquilamente .Me posicione frente el espejo y me maquille –Como siempre- Delineador negro, rímel y brillo.
-Si me van a conocer, que lo hagan como verdaderamente soy- Susurre para mí y tome mi maleta –Algo grande-. Bajé con cuidado y vi a Bobo sentado en el sillón de la sala gris que siempre me deprimía más de lo que podía estar en cualquier día.
-¿Ya pequeña?- me sonrió gentilmente y se paro para ayudarme con la maleta. –Los Robert llegaran en cuestión de minutos-
-¿Cómo sabes?- levante una de mis cejas.
-Pues porque me llamaron hace unos minutos- sacó nerviosamente el celular y vio la hora
-No te preocupes Bob, esto no es un adiós para siempre…Y lo sabes.
-Y eso es justo lo que me preocupa- me tomó de los hombros –Que se que no duras nada con una familia y regresas muy pronto aquí. Y yo tengo que buscar otra familia y mira ____, si sigues así a los 18 años sin familia…pues, te tendras que ir de aquí y buscar tu sola una casa.
-Ya Bob, por Dios, me asustas- abrí mis ojos como platos –Prometo portarme bien.
-Eso espero- me despeino y yo le saque la lengua.
Los dos nos sentamos a esperar mi nueva “familia” y como lo dijo Bob, pronto llegaron.
El se paró a abrir la puerta del enorme orfanato y pude ver a una pareja joven, una mujer y un hombre de 25 y 30 años respectivamente.
La mujer tenía el pelo rojizo, era de tez blanca, de ojos azules y delgada; se veía bien, venia vestida con un vestido amarillo con corte “V” y le llegaba debajo de la rodilla. El hombre, tenía el pelo negro, ojos azules y algo fuerte; tenía un traje gris.
Los dos se veían sonrientes y se agarraban de la mano. Bob los invito a pasar y estos, al verme quedaron… ¿sorprendidos?
-Hola- me dijo la señorita –Me llamo Luisa, Luisa de Robert.
-Hola, me llamo _____ Carolina Fletcher- le estire mi mano; debía comportarme lo mejor posible si no quería ser echada de su casa y no decepcionar a Bob.
-Y yo me llamo Drake Robert- dijo aquel señor y repetí la acción con el –Nosotros serémos tus tutores desde ahora _____, espero que te agrademos. Vimos tu historial y sin duda me quede algo…sorprendido.
Era obvio, estuve en 18 escuelas diferentes, tuve 7 familias y en total fueron 4 arrestos por 2 delitos diferentes. Números de los cuales no me sentía orgullosa. Los delitos habían sido: Grafiti en lugares prohibidos y portación de sustancias tóxicas.
-¿Sorprendido?- pregunte mientras me trataba de tragar una pequeña risa
-Sí, sorprendidos- dijo Luisa –Y queremos ayudarte a superar lo que sea que tengas.
-Ah gracias pero…- iba a poner un gran pero, hasta que Bob me lanzo una mirada de odio y me quede callada –Pero no te preocupes, ya sé que está mal y trataré de ser mejor persona.
-Bueno _____- dijo Drake y puso su mano en mi hombro –Ya es hora de irnos.
-Ah si- dijo Bob, como saliendo de un transe –Ya es tarde y creo que tienen mucho que platicar con ____-
Bob agarro mi maleta y Drake una caja que contenía todo lo que no era ropa; como zapatos, perfumes, joyería, maquillaje y peluches o juguetes de recuerdos. Mientras que Luisa y yo salíamos tranquilamente.
-Creo que te gustara la casa…Es muy grande- me sonrió dulcemente –Claro, no tanto como el orfanato pero para tres personas si es un lugar enorme y tu cuarto ni se diga.
-No es rosa ¿verdad- pregunte algo asustada
-No _____- rio Luisa –Es blanco, claro que si lo quieres poner rosa…- Yo negué con la cabeza y está volvió a reír.
-No, el blanco es un color bonito y da tranquilidad- sonreí. Había algo en Luisa que me agradaba, y eso, era raro ya que el único que me transmitía esa sensación hasta ahora solo había sido Bob y Harry.
-Sí, bueno…A mí me gusta más el azul, pero creo que no es de tu estilo- me sobo la espalda –Ya están tus cosas en el carro, vamos-
Bob y Drake ya habían acabado de meter mis cosas y subí al hermoso Camaro que mis tutores tenian. Iba en la parte de atrás. Desde el carro me despedí de Bob y él me guiño el ojo.
El camino duro como 2:30 horas. Antes de llegar a la casa me preguntaron que si no tenía hambre, yo dije que sí y fuimos a comer. Eran muy amables, y para romper el hielo me llevaron a donde yo quisiera y preferí ir al Sexties, el lugar donde Harry y yo íbamos a comer hamburguesas.
Cuando estábamos ahí, comimos y ellos me trataron de plática, pero yo me reservaba a decir si o no con la cabeza.
Para mí, cada que iba con una familia era difícil, me imaginaba que fueran mis padre. Yo estando con ellos y tal vez vestida de otra manera, sintiéndome de otra manera. Pero aunque por mas que quisiera eso, al pensarlo me llenaba de odio y de coraje; era horrible pensar que yo no pudiera tener eso gracias a sus malditas adicciones, a su odio a la vida y a su deseo de lo que mata al humano.
Se me empezaron a llenar los ojos de lágrimas y antes de que ellos me pudieran ver, corri al baño. Iba con la cabeza gacha asi que sin fijarme, choque con un joven; no muy alto, medio rubio y de unos preciosos ojos azules en los que me perdí.